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“Vivimos en un cochinero”: Obispo Antonio González

En las últimas horas, la capital del Estado ha vivido secuestros, ejecuciones, extorsiones, una descomposición social, que es vista por el Obispo de la Diócesis de Ciudad de Victoria como vivir en “un cochinero”.

Lamenta que el Estado mexicano no está decidido a acabar con la delincuencia, cuando pueden hacerlo y dejar de vivir así.

Lamenta la desconfianza que hay entre la población que vive en los 20 municipios, en los que se compone la Diócesis de Victoria.

El Obispo Antonio González Sánchez, sabe que, quienes pueden componer lo que hoy se vive, son las nuevas generaciones pero el Estado, debe dar la contundencia de combatir a la inseguridad y no lo hace, denuncia.

“Yo consideró, que si realmente el gobierno quisiera acabar con la violencia, claro que lo puede hacer…”.

Hay miedo, desconfianza, inseguridad, corrupción, y se puede frenar la inseguridad.

En su diócesis, en donde se puede evangelizar en algunos colegios privados, sabe que la inseguridad ha llegado, pero no tiene elementos para sustentarlo.

Lo cierto, añade, es la urgencia de hacer algo para frenar lo que pasa.

Evangelizar en sectores y escuelas puede ser una tarea de la Iglesia para romper con esta crisis de inseguridad que se enmarca por la crisis económica y muchas incertidumbres.

“Si somos bien sinceros, a poco el gobierno, si quiere realmente, ¿no puede acabar con la violencia?”.

Se requiere extenderse a la escuela pública?
“A las escuelas públicas es muy difícil, porque siempre vamos a toparnos, con aquello que se dice siempre: La educación es laica”.

-Pero es por Ley.
“Sí, pero siempre que uno trata de entrar, el tope es: La educación es laica”.

Por eso su doctrina aterriza
“Lo que hacemos nosotros a ese nivel, es la catequesis, porque se tienen reuniones infantil y reuniones con padres de familia, es lo que podemos hacer en las parroquias”.

¿Cuál es el estado de ánimo de la gente en su diócesis?
“Tristemente los humanos nos acostumbramos a todo, mal hecho, pero nos acostumbramos”.

¿Pero que nota en la gente?
“Un ya me acostumbre”.
“Parte de la sociedad cuando pasan ciertas cosas, es obvio que la gente se asusta y es obvio que a la familia afectada es más su susto.A la familia que le secuestran, a la familia que la extorsionan, a la familia que le matan a alguien”.

¿Le han disparado a la esperanza de la gente?
“Claro”. “Por eso mucha gente actualmente asiste a la Iglesia, aunque sea por miedo, pero asiste a la Iglesia”.

¿Qué nos queda?
“La esperanza en Dios”. “Físicamente, materialmente yo no puedo hacer nada”.

El obispo ejemplifica lo que pasa en una familia con un crisis de inseguridad.

“¿Qué hace la esposa cuando le secuestran al esposo? llorar e intentar buscarlo. Las personas que denuncian son personas que tienen acceso a los niveles policíacos y políticos”.

“El pueblo, pueblo, no se anima a denunciar por más propaganda que se haga, tristemente la gente no lo hace”.

¿Cómo noto el ambiente?, pues así, claro que no es total, pero, el ambiente que existe es un ambiente de desconfianza, ya no se confía en ninguna institución”.

¿Ni entre los hombres?
“Ni en los vecinos”.
“Hace unos años atrás, si tenías un problema, levantadas el teléfono, marcabas al vecino y pedías ayuda, ahora no lo haces”.

¿Por qué cree usted?
“Porque vivimos en un ambiente de desconfianza”.

¿Hay una descomposición terrible en la sociedad?
“Desgraciadamente vivimos en un cochinero”.

“Hablamos mucho del problema de la violencia y ahí está el hecho”.

¿Cuál es el problema?
“Que alguien está detrás de todo esto”.
“Si somos bien sinceros, a poco el gobierno, si quiere realmente, ¿no puede acabar con la violencia?.

La interrogante la lanza el Obispo Antonio González Sánchez.
“Claro que puede el gobierno acabar con la violencia, moriría mucha gente, pero más están muriendo inocentes”.

“Yo consideró, que si realmente el gobierno quisiera acabar con la violencia, claro que lo puede hacer”.