Violencia y vergüenza en el Congreso
Con decenas de reclamos sociales pendientes de legislar, los partidos Acción Nacional (PAN) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han dedicado 2 legislaturas a manipular las leyes y utilizar la fuerza para controlar el Poder Legislativo.
Ayer, en un nuevo episodio de estridencia, la bancada del PAN se atrincheró en la sede legislativa para volver asumir la Junta de Coordinación Política (Jucopo), ya sin facultades por las reformas aprobadas por Morena el sábado.
A mediodía arribaron al Congreso los y las legisladores locales panistas acompañados de los diputados federales, Gerardo Peña, Óscar Almaraz y Vicente Verástegui para iniciar la toma de instalaciones y despido de trabajadores vinculados al partido guinda.
Mientras, afuera de la sede legislativa, decenas de elementos de la Guardia Estatal solicitados por el presidente de la Diputación permanente, Humberto Prieto, se alistaban para romper los cercos e ingresar a las oficinas de la mano de la diputada Cassandra de los Santos.
La cachetada de Leticia
El centro de la violencia en el Congreso fue el enfrentamiento entre la bancada panista y el vocero José Inés Figueroa Vitela. El periodista convertido en empleado de comunicación social entró a la sede cuando la legisladora Leticia Sánchez Guillermo cerraba la puerta principal.
De acuerdo con videos del momento, Figueroa Vitela patinó para impedir el cierre del acceso, empujó a la diputada e ingresó hasta el lobby del edificio.
—Yo abrí la puerta —dijo Figueroa rodeado de los panistas.
—No toques a una mujer, no la toques —le gritó uno de los azules.
Sánchez Guillermo se acercó y le dio una cachetada al vocero. El intercambio de acusaciones siguió en el lobby.
—Yo abrí la puerta —insistió Figueroa.
—No no me pegaste. A mí no me ande empujando porque le parto su madre, soy vieja pero también le puedo partir su madre —amenazó la legisladora panista, que ganó 2 elecciones como candidata de Morena.
A la par, el presidente de la Jucopo, Félix García Aguiar, le entregó el oficio sobre su despido del cargo de vocero legislativo. Figueroa Vitela argumentó que al ya no tener el cargo pública era periodista. El diputado Luis René Cantú Galván lo cuestionó sobre sus funciones como funcionario y periodista hasta que el mismo hombre se calló y abandonó la sede legislativa.
Cassandra con la Guardia
La tensión creció cuando afuera del Congreso, la diputada Cassandra de los Santos se acercó a las puertas con decena de guardias estatales. Los panistas cerraron las puertas con maderas y cadenas. La exmorenista Nancy Ruiz insultó a la legisladora por Río Bravo, y ésta le respondió que había sido comprada con 5,000,000 pesos para irse al PAN.
De los Santos aprovechó un descuido para entrar con los policías, quienes estaban formados esperando la orden para desplegar el operativo.
Los agentes de seguridad se abrieron paso entre los pasillos y llegaron para resguardar a las oficinas de la Junta de Gobierno, órgano recién creado por Morena para controlar la dirección política y administrativa.
Los diputados siguieron confrontándose en los pasillos hasta que la adrenalina de los golpes, manoteos e insultos se diluyó. Los legisladores federales se perdieron entre los asesores y reporteros.
El presidente de la Jucopo, Félix García, y el presidente panista, Luis René Cantú, se marcharon para notificar a las oficinas del gobernador que el PAN había retomado el poder de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura.
Hasta la noche, parte de la bancada morenista, liderada por Magaly de Andar montaron una guardia en las oficinas para evitar que los panistas rompieran los candados para reventar el Poder Legislativo.
Dos legislaturas perdidas
A partir de junio de 2021, en plena salida de la LXIV Legislatura y ante la victoria electoral de Morena, el Partido Acción Nacional implementó un mecanismo para impedir el trabajo de los poderes Legislativo y Ejecutivo.
La bancada panista puso candados en las leyes de Congreso, de la Fiscalía General de Justicia (FGJ, de la Auditoría Superior del Estado (ASE), entre otras dependencias claves para el aparato de justicia y rendición de cuentas.
El laberinto sin salida instruido por el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca ató de manos al morenismo, en especial al mandatario Américo Villarreal Anaya.
En casi 2 años de la LXV Legislatura los avances en cambios legales a favor de la población han sido menores. Tal vez el mayor logró fue la reforma para reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, que se dio en un contexto de presiones de grupos religiosos que causó miedo entre los morenistas por el costo político de la decisión.
Otro de los temas que ni siquiera han sido tocados es la reforma que legalice la interrupción del embarazo y permita la salida de la cárcel de mujeres que fueron detenidas por haberse realizado un aborto. Asimismo, el cambio de identidad de género tampoco ha sido analizado, como la Ley de Ganadería.
