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Triunfan Águilas y duermen como líderes

El América ya se puso romántico en el Estadio Azteca, en donde liga ya tres victorias.

Las Águilas alargaron su invicto en el Clausura 2018 y ya tienen 15 puntos, tras golear 4-1 a Monarcas, con un doblete de Matheus Uribe.

El colombiano colaboró con goles y la jugada del primer gol, para sellar así una noche redonda que les permite aventajar por un punto a los Pumas que juegan este miércoles contra el Veracruz.

Una noche de conquistas, que comenzó con Cecilio Domínguez y su gol al 5′, tras un tiro raso y pegado al poste izquierdo, haciendo pedazos por primera vez a Carlos Guzmán; el futbolista de Monarcas fue superado en todos los mano a mano y hasta con túnel incluido, por ello no fue una sorpresa que tras el descanso dejara su sitio a Miguel Sansores.

Morelia aprovechó un parpadeo de las Águilas para marcar el empate, tras un saque de banda en el que Guido Rodríguez y William da Silva se durmieron, permitiendo el centro de Guzmán y el gol de Ángel Sepúlveda.

Las Águilas jugaron con un 4-2-3-1, con Henry Martín como punta y con Cecilio y Matheus tirados a los costados, pero el colombiano con la facultad de recorrer hacia el centro en caso de que la jugada lo ameritaba.

Y así firmó un golazo al 23′, tras hacer una diagonal desde la derecha con la que superó a Sebastián Vegas antes de colocar el balón pegado al poste derecho.

Pero fue al 37′ cuando de la nada apareció Matheus para robar el balón, sembrar a dos defensas y aprovechar la carrera para disparar rápido y vencer una vez más a Sebastián Sosa.

Una noche en la que el francés Jérémy Ménez fue titular por vez primera y al salir de cambio al 65′ se ganó los aplausos, a diferencia de su sustituto Darwin Quintero, que habría de recibir el primero de muchos abucheos.

El colombiano no se ganó el corazón de los americanistas y ahora mucho menos. Qué diferencia con Oribe Peralta, aclamado por la afición para que entrara de cambio como ocurrió al 76′, dos minutos antes de que marcara el cuarto con un cabezazo tras ser asistido por Andrés Ibargüen.

Y la afición no paró de alentar a sus Águilas, que de a poco la enamoran, muy ad hoc para la época.