Columnas

Ricardo Anaya marca línea: no al que divide

pago para que me peguen”, dijo el Presidente José López Portillo (1976-1982) para justificar la cancelación de publicidad gubernamental a la revista Proceso, de su primo Julio Scherer García.

En realidad, era una represalia política contra la publicación y su editor, por la línea editorial de denuncia sobre la corrupción de servidores públicos de esa administración federal.

Y ahora sale el Gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, conque suprimirá el gasto en prensa y propaganda cuando entre en funciones, según él, porque se trata de mucho dinero.

Está escandalizado este político “independiente” del gasto de 4 mil millones de pesos ejercido durante el sexenio del Gobernador saliente, Rodrigo Medina de la Cruz, descubierto en el proceso de transición y entrega-recepción.

El Bronco está pidiendo que le aporten toda la información administrativa sobre el gasto de prensa, desde la lista de medios contratados, montos pagados y hasta los nombres de quienes reciben dinero sin factura de por medio, vulgo, chayote, embute, soborno.

Pobre Gobernador Medina, porque le prometieron que no habrá cacería de brujas pero ya se las está viendo negras, con las posturas de su seguro sucesor, en la revisión de las cuentas mochas.

“Esto es un desmadre financiero”, ha dicho Rodríguez Calderón, al descubrir más deuda pública que será imposible de pagar ni con el auxilio emergente del gobierno federal que ya le pidió a Enrique Peña Nieto.

Eso, para no hablar de que el Gobernador saliente y su papá serán investigados exhaustivamente sobre las denuncias que pesan sobre ambos, de negocios urdidos a la sombra del tráfico de influencias.

Pero el tema que nos ocupa es el de prensa y propaganda gubernamental y la falsa percepción de parte de algunos políticos y funcionarios, de que el dinero gastado en ese rubro es para conseguir que los medios se sometan, callen y no publiquen las cosas sucias de su gestión.

Creen interesadamente, que el dinero destinado a prensa y propaganda gubernamental es un soborno, clandestino e ilegal, que compra voluntades y hasta complicidades. Es un error.

La constitución obliga a los funcionarios a informar a la opinión pública de sus actividades y allí se enmarca la comparecencia anual de alcaldes, gobernadores y del Presidente, ante sus respectivos Cabildos, Congresos locales y el Congreso de la Unión.

Así mismo, la rama legislativa del gobierno autoriza dentro del presupuesto anual, una partida específica para pagar las cuentas de prensa y propaganda, lo que supone la contratación de servicios sobre esa área con medios idóneos, prensa escrita, radio, televisión y otros.

Jaime Rodríguez El Bronco presume que hizo su campaña de proselitismo en redes sociales, despreciando el uso de prensa escrita, radio y televisión. Es una verdad a medias.

Tuvo el candidato independiente una abundante cobertura periodística que contribuyó a su éxito electoral, sin que necesariamente la retribuyera económicamente. Ese es el poder de la prensa.

También es una verdad que el periódico regio más influyente fue su portavoz y caja de resonancias sin contrato comercial de por medio, no al menos pagado por él, pues el grupo de empresarios que simpatizó con su proyecto, no lo mantuvo descobijado.

Es un disparate que el Gobernador electo quiera prescindir del uso de los medios, para informar de sus actividades a la Opinión Pública. Nadie lo obliga a pagar para que le peguen, pero es un mandato constitucional que transparente e informe de sus actos de gobierno, mediante la emisión de boletines y la apertura de las oficinas al escrutinio de la prensa.

Su otro error sería pretender que el gasto de prensa lo blinde de la crítica y la denuncia; pagar para que lo protejan, encubran, cuiden, escuden, defienda. Es ridículo.

Mientras tanto, anduvo por Ciudad Victoria el encargado de la dirección nacional del ISSSTE, Luis Antonio Godina Herrera, quien hizo las cuentas del gran capitán, anunciando una inversión de 30 mil millones de pesos… pero de aquí al año 2024.

Por lo pronto, dijo, hay 80 millones de pesos para unidades hospitalarias del ISSSTE en Tamaulipas, así como cinco millones para reparación de aparatos refrigeradores de aire.

Otro gasto que suena apantallador es por 7,900 millones de pesos para Tamaulipas en 2015. Pero la mayoría es por concepto de pensiones, es decir, es un gasto muerto.

Enrique de la Garza Montoto, delegado federal, le agradeció al funcionario federal el reparto, simbólico, de 600 millones de pesos en préstamos personales.

En el curso de la gira de Godina se confirmó la desaparición de las farmacias del ISSSTE, por incosteables.

En temas políticos, mañana elegirá el PAN a Ricardo Anaya como su nuevo presidente nacional, que quiérase o no y a pesar de su oferta de regeneración, es una continuidad de Gustavo Madero Muñoz, el presidente saliente.