No merece exilio, sino arraigo, Egidio Torre
Después de padecer dos gobiernos consecutivos ineficientes y corruptos, Tamaulipas merece salir del bache y alcanzar la grandeza a la que está llamado. Francisco García Cabeza de Vaca juró ayer como nuevo Gobernador de Tamaulipas y ofreció conducir al Estado a mejores derroteros, castigando a quienes hayan incurrido en violaciones a la ley.
El político panista de Reynosa está obligado a no fallarle a los tamaulipecos, pues ahora está investido con la autoridad de jefe del poder ejecutivo, que se ganó haiga sido como haiga sido. La ceremonia de su asunción fue una impresionante demostración de poderío, todos los astros están alineados a su favor.
La mesa principal de la comida servida en el Polyforum Victoria, para festejar su primer día como Gobernador de Tamaulipas, fue una constelación de estrellas de la política, la iniciativa privada, el gobierno federal, como una demostración de todos ellos de su compromiso de aportarle a Cabeza de Vaca los elementos que necesite para cumplir con sus promesas de campaña.
Estaba allí el representante presidencial, el Secretario de Energía Pedro Joaquín Coldwell, pero además, un inesperado representante del Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, el señor Renato Sales Heredia, titular de la Comisión Nacional de Seguridad.
Además, el ex Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y su esposa Margarita Zavala, aspirante a la nominación del PAN por la Presidencia; el Jefe Diego Fernández de Cevallos, el empresario Ramiro Garza Cantú, y otros gargantones que le dieron a Cabeza de Vaca demostración de su simpatía, adhesión y respaldo.
Por la mañana, Francisco compareció ante el pleno de la nueva Legislatura, de mayoría panista, para rendir protesta como nuevo Gobernador del Estado. Su discurso tuvo los efectos de la detonación de una bomba: no habrá borrón y cuenta nueva para los que incurrieron en violaciones a la ley.
Egidio Torre Cantú se arremolinó en su asiento, inevitablemente.
El lenguaje del nuevo Gobernador no le presagia nada bueno. Dijo Cabeza que la corrupción permeó hasta al poder ejecutivo.
Pero también satanizó a los diputados salientes, por haber aprobado cuentas públicas que contienen irregularidades. Serán revisadas, anunció.
Cabeza de Vaca mereció el aplauso de la concurrencia, presente y ausente, porque dijo lo que todo mundo quería escuchar, que no habrá impunidad para los corruptos que se van y que serán requeridos para que respondan de las faltas cometidas.
Egidio Torre Cantú y su vocero Guillermo Martínez García abandonaron el recinto parlamentario demudados y solitarios. Hasta los periodistas que antes los acosaban ahora despreciaron su presencia. Ninguno respondió el saludo del ex Gobernador ni le acercaron grabadoras para recoger sus palabras.
Están furiosos representantes de la prensa porque la dirección de comunicación social de Torre les robó los pagos de las últimas facturas presentadas, correspondientes a servicios informativos contratos y servidos.
Algunos afectados presentarán demandas judiciales contra los responsables de este atraco, porque los montos son por muchos millones de pesos pues incluyen facturas por servicios a candidatos del PRI.
Los pagos iban a ser en efectivo pero los funcionarios de esa dependencia alegaron muchos pretextos para no entregarlos y quedarse con el dinero.
El desastre financiero en que terminó el sexenio de Egidio Torre Cantú, arrastró a algunos alcaldes que también entregaron cuentas mochas y tuvieron que salir por la puerta de atrás, escondidos para no dar la cara.
Es el caso de Gustavo Torres Salinas, en Tampico, que en la ceremonia de protesta de Magdalena Peraza Guerra como nueva presidenta municipal, recibió estruendosas expresiones de repudio cuando se mencionaba su nombre por los altavoces.
Gustavo abusó de la confianza de los trabajadores del Ayuntamiento, de proveedores y de la propia profesora, cuando prometió cumplir todos sus compromisos. No pagó el aguinaldo proporcional a los nueve meses transcurridos ni tampoco facturas vencidas de proveedores.
Como postrer travesura, Torres Salinas declaró a los periodistas que los trabajadores municipales no se quedarían sin su aguinaldo, pero que sería hasta diciembre y con cargo a la tesorería de Magdalena.
También pasó un trago amargo José Elías Leal, en Reynosa, pues en la ceremonia de transmisión del poder municipal a la médico Maki Ortiz Domínguez, los periodistas iban a increparlo frente a la audiencia, para reclamarle su falta de hombría por faltar a la palabra empeñada, de cumplir los compromisos pactados.
Amigos de Pepe Elías tratan de justificarlo diciendo que fue sorprendido por malos colaboradores suyos del área, una tal Mariana, Carlos Peña y el tesorero municipal de nombre impronunciable.
La cordura se impuso y los periodistas no le arruinaron la ceremonia a Pepe Elías, pero no renuncian a emplazarlo mediante otros procedimientos.
Retomamos la ceremonia de Cabeza de Vaca ayer en Ciudad Victoria, para referir que hubo una impresionante vigilancia en un perímetro de varios kilómetros alrededor del palacio legislativo, que causó molestias entre muchos invitados por los muchos retenes y los esculques.
No podía ser de otra manera, pues los protocolos de la Secretaria de Gobernación son estrictos cuando se trata del desplazamiento de funcionarios de alto nivel y más tratándose de Tamaulipas, donde la ingobernabilidad tiene carta de naturalización desde los tiempos de Eugenio.
Por supuesto, el ex Gobernador Hernández Flores tuvo la suficiente vergüenza para no asistir al relevo de Gobernador pues fue uno de los blancos favoritos de la campaña del PAN, igual que Tomás Yarrington.
El diputado federal Baltazar Hinojosa Ochoa no tuvo reparos en asistir junto con el resto de la bancada parlamentaria federal tamaulipeca, atendiendo una invitación personal, telefónico, de Cabeza de Vaca.
No lo vimos, pero imaginamos que Baltazar no dejó con la mano tendida a Egidio Torre en el inevitable encuentro en la sede legislativa, pues él tiene educación y urbanidad política.
Tarde que temprano, Hinojosa Ochoa dará respuesta a la grosera definición que Egidio hizo de él frente a periodistas, para tratar de justificar la aplastante derrota electoral que sufrió el PRI el domingo 5 de junio.
El diputado federal de Matamoros, presidente de la comisión de infraestructura, fue la estrella de la noche, en la ceremonia del viernes 29 donde Jesús de la Garza Díaz del Guante rindió protesta como nuevo presidente municipal, en el centro de convenciones Mundo Nuevo.
Chuchín recibió el control municipal de manos de Leticia Salazar Vázquez, a quien deseó el mejor de los éxitos en las tareas que vaya a emprender. La ceremonia fue atestiguada por legisladores, ex presidentes municipales y Salvador Rosas Quintanilla, representante de Cabeza de Vaca, y René Salinas Treviño, emisario de Egidio.
El licenciado De la Garza Díaz del Guante pronunció un vibrante mensaje de esperanza, comprometiendo su palabra de encabezar los esfuerzos del gobierno y la sociedad, para superar los retos y hacer de Matamoros la ciudad donde todos merecemos vivir, dijo.
Para llevar la acción de mano con las palabras, Chuchín puso en circulación, horas después, 20 nuevos camiones para reforzar el servicio de recolección de basura, con la garantía de que en 45 días, quedará regularizado ese servicio.
Ofreció el nuevo jefe de la comuna de Matamoros, que mediante el diálogo y la participación de la sociedad, se resolverán muchos desafíos, especialmente en materia de seguridad.
Honestidad y eficiencia, dijo, caracterizarán al gobierno de Matamoros.
Baltazar hizo tronar el aplausómetro, junto con su esposa Marcela Ronquillo. Otros ex alcaldes presentes, Sergio Martínez Calderoni, Homar Zamorano Ayala, Jesús Roberto Guerra Velasco, Homar Zamorano Ayala, Mario Zolezzi García, Erick Silva Santos, Alfonso Sánchez Garza, así como representantes de Antonio Cavazos, Ramón Antonio Sampayo y don Jorge Cárdenas González.
Mención especial le mereció a Chuchín la presencia de la licenciada Verónica Salazar Vázquez, que participó en la contienda como candidata del PAN.
