Mujercitas, más de cien años después
En algún momento Louisa May Alcott pensó que escribir una historia que solo tratara de mujeres era una idea tonta. “Nunca me agradaron las niñas ni conocí a muchas, excepto a mis hermanas”, escribió en su diario, por petición de un editor en 1867. Es probable que esta historia haya arrancado más por encargo que por voluntad y en un principio la tituló La Familia Patética, un adjetivo con el que constantemente se refería a su familia. Así lo confirma Meg, Jo, Beth, Amy: The Story of Little Women and Why It Still Matters, de Anne Boyd Rioux.
Louisa perfeccionó la escritura con ambas manos para no tener que detenerse y ser más productiva. Tras diez semanas de escribir sin parar completó 402 páginas de la primera parte de la historia que se convertiría en Mujercitas.
Al probar el éxito de la primera parte, su editor le dio un contrato para continuar escribiendo rumbo al desenlace de la historia. Tras su publicación en 1868, las primeras dos mil copias se vendieron rápidamente y desde entonces, Mujercitas no para de imprimirse.
Louisa May Alcott nació el 29 de noviembre de 1832 en Pensilvania, Estados Unidos. Ella, junto a su madre y tres hermanas se mudaron por lo menos 30 veces antes de establecerse en Massachusetts. Los constantes cambios se debían al estilo de vida de su padre, Bronson Alcott, un hombre intelectual que creía en la “educación progresiva”, pero que no tenía un empleo fijo, pues eso traicionaba sus ideales.
La historia de sororidad atrapó a los lectores, abrió el debate sobre el papel de las mujeres y sus aspiraciones, sobre la feminidad y sobre la posibilidad de tomar el rol del “hombre de la familia”,Hast aún como mujer.
Hasta el día de hoy Jo March es uno de los personajes más queridos y admirados en la literatura estadounidense, al ser una joven que no encaja en los estereotipos de feminidad ni en las aspiraciones personales de su época. Su personalidad se contrapone con la de su hermana más pequeña, Amy, quien es muy femenina y enamoradiza, pero también desea perseguir su amor por el arte.
Greta Gerwig, directora de la cinta Mujercitas, que estrenó recientemente, apostó por repartir el protagonismo de forma equitativa entre Amy y Jo.
“Amy siempre ha sido vista como una malcriada, sin profundidad ni carácter, y cuando releí el libro encontré que era increíblemente perspicaz y determinada. Yo quería que le enseñara algo a Jo”, dijo Gerwig en entrevista con Vanity Fair.
Greta percibió el menosprecio de Louisa May Alcott a su propia obra, y en la película ahonda en la importancia de escribir sobre los temas domésticos. “Todavía existe una jerarquía en cuanto a historias y en la cima está el tema de la violencia masculina, ya sea de hombre a hombre o de hombre a mujer. Pienso que Louisa, consciente o no, volvió extraordinaria las vidas ordinarias de niñas y mujeres solo con escribir sobre ellas”, comentó Gerwig.
Cien años después de su publicación, el libro de Alcott se tradujo a más de 50 idiomas y a inicios del siglo XXI fue elegido como uno de los 100 libros favoritos de los lectores en Estados Unidos.
Louisa May Alcott vivió de su escritura gracias al éxito de Mujercitas y su legado influyó a otras mujeres para dedicarse a lo mismo, entre ellas está Nora Ephron, Doris Lessing, Margaret Atwood, Susan Sontag, Simone de Beauvoir, Elena Ferrante, entre otras creadoras que se identificaban con Jo March y Louisa May.