Estilo y Cultura

Mitos aterraban a los mexicas: Matos Moctezuma

Que “ofrezcan disculpas los gobiernos extranjeros que invadieron México y que cometieron actos vandálicos de exterminio y represión…”. Tal es la petición que hizo nuevamente el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 6 de agosto.

A un día de que se conmemoren los 499 años de la Conquista de Tenochtitlan por parte de los españoles y sus aliados indígenas, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma dice que ese planteamiento ya lo había expresado el Jefe del Ejecutivo desde marzo de 2019. “No tuvo ninguna respuesta por parte de España.

El Presidente también le mandó una carta al papa Francisco, quien igualmente evitó responder, es claro. Yo lo que me pregunto es: ¿quién va a pedir disculpas por los miles y miles de indígenas muertos, por acción de los mismos indígenas? Son hechos históricos que debemos estudiarlos y profundizarlos, y llevar a cabo nosotros nuestras conmemoraciones, pero hasta ahí”.

Matos Moctezuma (1940), quien impartirá el jueves a las 13 horas una conferencia vía Facebook en la Academia Mexicana de la Lengua sobre los 499 años de la conquista de los españoles, habla en entrevista con MILENIO sobre las posibles causas de la caída de Tenochtitlan y de Tlatelolco.

AL MENOS CUATRO CAUSAS “A lo largo del tiempo he venido estudiando las diversas razones de este hecho histórico, que me han llevado a plantear que hubo, al menos, cuatro causas”, precisa el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Desde la perspectiva del coordinador del Proyecto Templo Mayor, el primer aspecto a analizar de la conquista es el psicológico, el cual fue determinante en cada bando.

“Por el lado de los mexicas privaban las creencias y los mitos que los tenían aterrados, entre ellos: la aparición de un cometa, el incendio -sin causa alguna- del templo de uno de los dioses, las aguas que sin ninguna razón embravecieron y la presentación de un ave ante Moctezuma que le permitió ver cómo avanza un ejército enemigo.

Unas pudieron haber sucedido y otras son parte del imaginario popular, como La Llorona”. Erudito en la materia, Matos Moctezuma narra cómo afectó a los mexicas la pérdida de dos de sus tlatoanis: Moctezuma, y su hermano Cuitláhuac, que además de ostentar el mando del ejército eran los grandes sacerdotes religiosos que detentaban el control ideológico.

En cambio, indica Matos Moctezuma, el bando español venía con ansias de encontrar oro y nuevas tierras para la corona española y a cambio recibir  prebendas. “Además de su espíritu, los españoles nunca perdieron a sus jefes: Cortés, Sandoval y Alvarado, que siempre estuvieron al frente todo el tiempo”.

En la caída del imperio mexica también influyó el aspecto económico y político, ya que estos conquistaban a otros grupos indígenas y les imponían un tributo que debían pagar cada 80 días, lo cual provocaba un descontento total hacia Tenochtitlan. Así que cuando llegaron los españoles los ayudaron para sacudirse del yugo mexica.

ESTRATEGIA MILITAR

El aspecto militar y las estrategias, subraya el creador del Programa de Arqueología Urbana, garantizaron el triunfo de Cortés al sitiar Tenochtitlan.

“Manda cortar el agua potable que abastecía a la ciudad y pone a sus capitanes en la Calzada de Tacuba y en la Calzada de Iztapalapa, con el propósito de que no entraran los alimentos a los islotes de Tenochtitlan y Tlatelolco”.

La cuarta causal, explica el autor de Vida y muerte en el Templo Mayor, está representada por los aspectos de la salud, es decir, los españoles contagiaron a los mexicas de viruela, esa nueva enfermedad, la cual se dispersó entre la población indígena, causando la muerte de Cuitláhuac.

Entonces tiene que asumir el mando Cuauhtémoc, quien resistió el asedio que duró unos 75 días, aunque otros dicen que fueron tres meses, dificultando la conquista. Finalmente, el pueblo mexica cayó el 13 de agosto de 1521, dando origen, así, a la Colonia.

Y ADEMÁS

MALINCHE, PRIMERA DESMITIFICACIÓN

Para Matos Moctezuma, “el de la Malinche es un primer mito que hay que desmitificar. No era una traidora. Si hubiera sido mexica o azteca, entonces sí, traicionaba a su propio pueblo, pero al contrario, había sido testigo de la expansión que Tenochtitlan hizo en aquellas regiones, y se unió para apoyar a quienes pudieran defenderlos”.