Lionel Messi voló el primer penalti de la final en la definición del título de la Copa América Centenario para Argentina, permitiendo que Chile se impusiera por 2-4, tras el empate sin goles en los 120 minutos.

De inmediato se agarró la cabeza y mientras sus compañeros le animaban, no quiso ni ver los otros disparos y cuando no hubo nada que hacer, terminó en llanto.

Fue abrazado por sus compañeros, se fue al banquillo con su mirada perdida, pero sigue sumido en una tristeza infinita al perder de nuevo un campeonato con Argentina por tercera vez consecutiva.

La tristeza de Messi, al menos por esta noche, no parece tener fin.