Lecciones del puerto…
Tampico, Tamaulipas, está viviendo una nueva etapa de desarrollo sociopolítico. El PRI en vías de liquidación; MORENA, persiste en su vida larvaria y el PAN ante la oportunidad de convertirse en fuerza hegemónica en el puerto.
¿Qué pasó con el PRI?
Casi nada: quedó reducido a escombros atrapada en la pinza formada por la ola lopezobradorista y el ventarrón panista.
La profesora Magdalena Peraza –el activo mas relevante del PRI en el sur del estado-sucumbió por su soberbia y por el empuje de fuerzas emergentes que se cohesionaron en su contra aliándose con el albiazul.
Magdalena, llevó al foso al tricolor jaibo.
¿Y Morena?
Los lopezobradoristas en el sur del estado eligieron mal sus candidatos. Contrataron a una horda de féminas, que tenían más intereses en el PRI y en el PAN que con AMLO y su proyecto de nación. Cobraron lo de la campaña –a MORENA, al PRI y al PAN-, y se echaron a la hamaca.
El resultado: una cosecha modesta de votos y el empoderamiento del PAN porteño.
¿Tienen futuro en Tampico un PRI en huida y un MORENA en la plácida holganza?
No muy halagüeño.
Se percibe árido el paisaje para localizar candidatos potentes en esta comarca. Los tricolores sin dinero, sin estructura, sin ánimo, se andan escondiendo para que su partido no los postule como candidatos.
En MORENA es peor el escenario. Sus posibles abanderados, son mujeres y hombres sin perfil: no tienen base social, no tienen recursos. Y lo peor: no tienen talento –que es el recurso más valioso-.
De nada sirve la fuerza de AMLO desde la presidencia si van a la contienda con esos sujetos habilitados como candidatos de la nada.
El 2019, será la vara para medir la real influencia partidista en Tamaulipas.
El PAN jaibo está en su momento. Tiene en sus manos el poder municipal –Jesús Nader- y el del gobierno estatal. La experiencia enseña, que la disputa del poder local, se construye en tierra. Es decir: desde el contacto ciudadano con su autoridad.
Nader está operando con inclusión. Ha sumado a las huestes del PRD que le ayudaron en su campaña, a dirigentes populares que dejó en el abandono Magdalena Peraza y a cinturones de priistas que operan en barrios de la periferia.
MORENA sin saber que hacer con la súper delegación que puso en marcha, ha dejado en manos de los alcaldes –más de 30 son panistas- la organización social en los conglomerados urbanos.
El alcalde panista de Tampico, leyó bien el escenario. Percibiendo la orfandad de priistas, morenistas y de otros partidos, ha lanzado su estrategia para seducirlos.
Ese trabajo de Nader, va montado en la atención de los servicios públicos como alumbrado, mejoramiento de parques, bacheo, limpieza pública.
A siete meses de la elección del 2019, el puerto se avizora de azul subido.
¿Quién puede ejercer el papel de líder del PAN en el puerto?
Sin duda: el alcalde.
¿Quién puede conducir a MORENA?
Se desconoce.
¿Quién encabezará al PRI?
Se dice que Peraza anda desesperada tratando de colgarse en MORENA. Quizá el septuagenario y alucinado –con el triunfo de AMLO- Roberto González Barba, levante la mano, como es su estilo.
Sólo que problema, no resuelve problema.
Pocos alcaldes como el de Tampico, tienen clara su labor política. Sabe que los resultados del 2019, pasan por una buena labor del gobierno municipal. Entiende, que la gobernabilidad del futuro estará en el seno del Congreso local.
¿Comprenderán eso los alcaldes panistas?
¿Percibirán eso los presidentes municipales de MORENA?
¿Y los priistas?
Mejor no preguntarles.