Tamaulipas

LAS FALLAS DEL GENERAL CHÁVEZ GARCÍA

El Secretario de Seguridad Pública del gobierno de Tamaulipas, el general Sergio Hernando Chávez García, —aterrizó en el estado, luego de operar en el mismo rubro en el gobierno del estado de México— llegó al cargo sin conocer la entidad…

…y sigue, en ese tenor de desconocimiento.

Muy probablemente, si le asignan una faena en Palmillas, podría pensar que es un lugar enclavado en los escarpados Pirineos.

Esa, no es su única imitación.

No, señor.

Tiene más fragilidades para desempeñar una tarea, desde donde se le vea, de altas complicaciones. La ignorancia sobre temas de la geografía estatal, son minucias; se puede decir, que hasta secundarias; incluso: irrelevantes.

Lo inquietante, es la carencia de sentido político; y lo más grave: la ausencia de sentido común, en el despliegue de sus responsabilidades.

Hace unas horas, llenó con más pifias, su alforja de equivocaciones: retiró al personal de seguridad, al alcalde de Mante, Noé Ramos Ferritz.

Sí: el jefe edilicio es panista.

Como lo es el ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, y éste, cuenta con varias docenas de escoltas —con amparo, claro—, vehículos blindados y demás prerrogativas.

Con varios agravantes: CdeV, vive en EU, y tiene lana a pasto para cubrir los gastos de su resguardo en tanto el presidente mantense, obtuvo el apoyo policiaco por probadas amenazas de los poderes fácticos de la región.

Es decir: uno y otro caso, tiene explicaciones y orígenes distintos.

¿Qué pasará, si se concretan los amagos contra el edil?

¿A quién culparán de ese tipo de eventos?

El general, Chávez García es una pieza menor, en el entramado del gobierno tamaulipeco.

El hecho, cobra mucha relevancia y pone luces amarillas, por una razón públicamente conocida: la jefa de finanzas de la IV T tamaulipeca, Adriana Lozano Rodríguez, autorizó la compra de 20 camionetas Suburban blindadas —se infiere que también llevan en paquete el personal de escolta— para varios secretarios del gabinete tamaulipeco y para algunos alcaldes que trabajan en zonas de alto riesgo.

¿Entonces, porqué desproteger a un presidente municipal que gobierna una región explosivamente riesgosa?

¿Sólo por ser panista?

Si el secretario de Seguridad Pública, intenta con esa maniobra agradar a su jefe, puede resultar contraproducente: da municiones a la oposición, para que articulen una narrativa virulenta contra la IV T regional. Él mismo, se pone en la franja del golpeteo opositor.

¿Hay necesidad de eso?

¿Trae dividendos políticos para la administración estatal la maniobra del general?

Se presume que el responsable de la seguridad pública de la entidad, debe velar para minimizar la presencia y las acciones de los grupos antisociales; el general, va a contrapelo de ese principio: construye una eventualidad, que podría sumir a una región en la ingobernabilidad si el jefe edilicio experimentara en su persona o en sus bienes, los amagos —ya denunciados— de las bandas antisociales.

¿Vale la pena jugar a la ruleta rusa, sólo por una ocurrencia?

¿Es razonable, dejar al general actuar como si Tamaulipas fuera su cuartel?

A todas luces, se percibe como una acción de venganza política.

Y como se sabe: ese instrumento, poco abona a los reales objetivos de la política.