Columnas

La Reyna de la Basura y el Horripilante…

La Reyna de la Basura, ha perdido la sensatez política. Quizá con la idea de perpetuarse en la institución que regentea, ha lanzado a un grupo de presuntos creadores –los tiene como aviadores en aquella dependencia- contra la estructura cultural y artística que el candidato a la gubernatura de Tamaulipas, Baltasar Hinojosa Ochoa, intenta ampliar y profundizar en todo el estado.

La Soberana de la Inmundicia, utiliza a un sujeto conocido como Charly el Horripilante para sus muy oscuros propósitos. El protegido de la aviesa dama, anda por toda la entidad intentando socavar la convocatoria de los eventos del aspirante priista.
Todo con dinero de la empresa que dirige la Sacerdotisa de los Desechos.

El Horripilante, no se ha tentado el corazón para lanzar furibundos ataques contra el matamorense e incluso contra su esposa. Por toda la entidad, anda ese grupúsculo de sedicentes artistas dejando un olor a hierba mala y otros estupefacientes, con un solo objetivo: degradar la propuesta cultural del candidato y sus colaboradores en ese nicho ciudadano.

¿Qué quiere la Monarca de los Desperdicios?..
¿Qué pretende con su insana conducta?..

Esa actitud, sólo pueden explicarse por la vieja militancia en el PAN de la fémina mantense, y por su vulgar sueño de eternizarse en la institución que tantos dividendos económicos le ha dejado a ella y los suyos.

(Hace dos años, adquirió una residencia en Mc Allen, Texas. Por lo que habrá que esperar para que aparezca entre los políticos tamaulipecos investigados por el Tesoro Norteamericano por sus desproporcionadas y recurrentes inversiones en USA).

¿Qué busca el Horripilante Charly?..
Se presume que intenta seguir medrando del presupuesto público como hasta ahora, al tiempo de ayudar a su patrona a mostrarla como indispensable en los asuntos del arte y la cultura de la entidad.

Por lo pronto, el Horripilante, sigue en su labor de enrarecer –literalmente- la cosa cultural tamaulipeca y en su trabajo de incinerar más canabis que la PGR.