La importancia de no pensar en problemas que no se han materializado
¿Te suena el término “pensamientos rumiantes”? Son aquellos que provocan preocupaciones, ansiedad y mucho estrés ante dificultades que aún no se han hecho realidad. Esto no es bueno para la salud. Por eso, hoy vamos a ver cómo podemos no pensar en problemas que aún no se han materializado.
Adelantarnos a los acontecimientos no nos puede traer nada bueno. De hecho, los pensamientos obsesivos nos hacen imaginar problemas que aún no sabemos si se hará realidad. A continuación, vamos a ver cómo sucede esto en la práctica.
Carmen era una joven de 25 años para quien no pensar en problemas era un imposible. Pasase lo que pasase, Carmen siempre estaba rumiando y adelantándose a acontecimientos que no sabía si se iban a materializar.
La semana pasada, por ejemplo, le envió un mensaje a una amiga y esta lo vio pero no le contestó. En la mente de Carmen empezaron a aparecer múltiples ideas que afirmaban lo siguiente: “se ha enfadado conmigo”, “tal vez no le he hablado de manera adecuada”, “quizás esté molesta por lo que dije la última vez que nos vimos”.
Carmen se está adelantando a lo que puede suceder en realidad. Es más, está sacando suposiciones que pueden no ser ciertas y que afectarán a la relación que tiene con su amiga.
Quizás estaba ocupada con algo, vio el mensaje, decidió responderlo en otro momento, pero se olvidó. ¿A quién no le ha pasado esto alguna vez?
Si, como Carmen, no pensar en problemas nos cuesta mucho trabajo, es importante que empecemos a poner en práctica una serie de hábitos o costumbres que nos pueden ayudar mucho a este respecto. Vamos a ver algunos de ellos:
No todo es negativo: ¿Por qué siempre nos ponemos en lo peor? Es necesario que sustituyamos los pensamientos negativos por otros positivos. Porque, en ocasiones, estamos muy equivocados en nuestras suposiciones.
Aumentar la autoestima: Pensar en problemas que no se han materializado puede ser debido a que tenemos una muy baja autoestima y necesitamos aumentarla. ¿Quizás tenemos miedo a ser abandonados? ¿Tal vez, a que nos rechacen?
Siempre es mejor preguntar: En lugar de permitir que los pensamientos rumiantes continúen girando en nuestra cabeza sin fin aparente, es mejor que tomemos acción. Saquémonos de nuestras propias dudas preguntando a la otra persona si lo que pensamos es cierto.
Como podemos ver, no pensar en problemas que aún no se han materializado es posible, pero siempre debemos tomar acción y no permitir que esos pensamientos sigan girando negativamente en nuestra mente. Las consecuencias de esto son muy desagradables.
Los beneficios de no pensar en problemas que no se han materializado
Ahora ya sabemos un poco más sobre pensar en problemas que no se han materializado y la manera en la que podemos abordarlos. Es importante que sepamos los beneficios que obtendremos si ponemos todo lo anterior en práctica:
¡Adiós a la ansiedad!: La ansiedad provoca que nos angustiemos sin motivo y que nos sintamos mal con una situación que tan solo estamos creando en nuestra mente.
Nuestras relaciones mejorarán: Al no ponernos en lo peor ni suponer mal, no nos mostraremos inseguros ni enfadados, por lo que nuestras relaciones no sufrirán ningún desgaste.
Aumentaremos nuestra autoestima: Nos sentiremos mucho más seguros de nosotros mismos y no estaremos tan pendientes de los demás, por ejemplo, de si se pueden enfadar.
No pensar en problemas que aún no se han materializado será un gran alivio para nosotros. Nos sentiremos mucho más seguros, tranquilos y en nuestra mente no habrá una constante tormenta, sino todo lo contrario: paz y bienestar.
Existen algunos ejercicios como la técnica de la parada del pensamiento que puede ser de gran ayuda si te has sentido identificado con todo esto. Te recomendamos que, a pesar de que te pueda parecer una tontería, la pongas en práctica. Es un ejercicio que muchos psicólogos les mandan hacer a sus consultantes.
De igual manera, para combatir esos pensamientos obsesivos también te puede ayudar hacer ejercicio o sincerarte con los demás, abrirte y contarles lo que pasa por tu mente. De nuevo, esa mochila cargada de preocupaciones que llevas a tu espalda se liberará aunque sea un poco. Esto marcará una gran diferencia.