Columnas

La deuda extraoficial de los ayuntamientos

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

¿Por qué el ayuntamiento de Tampico ha desplegado con toda normalidad sus tareas –en tiempos de limitaciones presupuestales– y no los restantes cuerpos edilicios de Tamaulipas?
¿Cómo explicar el notable despliegue de actividades de la administración porteña?
¿Acaso multiplica por ensalmo su presupuesto?
¿El gobierno estatal de la IV T, da trato preferencial al alcalde Chucho Nader y soslaya a los presidentes municipales de su propio partido?
¿Dónde esta el truco para que los jaibos hagan rendir su presupuesto?
Por principio: el desastre presupuestario heredado por el gobierno cabecista, es la fuente de todos los males de la administración de Américo Villarreal Anaya. Los correligionarios de Cabeza de Vaca, se llevaron hasta los aguinaldos de la burocracia; contrataron créditos que agigantaron la deuda pública del gobierno estatal y demás estropicios que siguen restando capacidad de maniobra al gobernador guindo.
A ese escenario, hay que añadir otras peculiaridades:
1.- El contrato de deuda –extraoficial y extra secreta– con los hermanos Carmona. La mayoría de los alcaldes lopezobradoristas que ganaron la campaña del 2022, –exceptuando, la Borrega López de Matamoros, Adrián Oseguera de Madero– optaron por el fácil camino de aceptar recursos –a fondo pagado– de los magnates del guachicol.
(El entonces candidato de MORENA, AVA, hizo lo mismo que sus compañeros, pero ese es otro tema).
Conservadoramente, observadores del proceso calculan una cifra fluctuante entre 50 y 100 millones de pesos, para el patrocinio de diversas aventuras electorales. No es una desproporcionada cantidad; sólo que se agranda, con los intereses que todo préstamo lleva implícito.
A menos que los Carmona, sean madres de la caridad…
Hecho, que lleva a la duda razonable.
¿Se sabe de un empresario que aporte fondos a campañas, sin demandar beneficios?
Presumiblemente, los jefes edilicios beneficiados con la solidaridad de los empresarios de los hidrocarburos, pagan mensualmente; y como en los mejores bancos: copeteado de réditos.
En parte, esa es una de las causas de la crisis de los ayuntamientos más importantes de Tamaulipas.
Son el caso, Altamira, Victoria, Reynosa y Nuevo Laredo.
Sólo Victoria, vive angustiosa situación.
Los restantes –Reynosa, Altamira y Nuevo Laredo– no tienen agobios para cubrir los adeudos con los herederos de Carmona: sus presupuestos son vigorosos. Pagan los favores recibidos, achicando las inversiones en obra pública y el pago de salarios a empleados del ayuntamiento.
2.- El edil tampiqueño –Chucho Nader – ni suda ni se acongoja. La inversión de la ciudad en servicios públicos, es mucho menor que las ciudades fronterizas y la capital del estado: desde hace décadas, la infraestructura urbana sólo demanda mantenimiento.
Otro elemento que ha convertido en rendidor el presupuesto jaibo, es la ausencia de deudas con personajes oscuros, agiotistas de la política.
Más claro: no tienen la deuda que otros alcaldes, con sujetos como los muy famosos y célebres hermanos Carmona.
A ello se suma, la ubicación de Tampico, entre las tres ciudades más beneficiadas con el presupuesto público.
Son esos los elementos que explican el exitoso trabajo de Nader.
No son los mimos del gobernador Villarreal Anaya. Son, sí, el manejo escrupuloso de los dineros del pueblo y el distanciamiento de actores tenebrosos con quienes algunos alcaldes empeñaron el futuro de sus pueblos y el porvenir de sus prerrogativas monetarias, tanto federales como estatales.
¿Tendremos que seguir esperando, la real expresión de la IV T en el rubro municipal?