Inmortalizan a historiador norestense
Como uno de los hijos más destacados de esta ciudad, en la Plaza de Armas de Guadalupe, Nuevo León, se inauguró recientemente una estatua que recuerda a Israel Cavazos, uno de los cronistas más respetados del noreste de México.
Cabe destacar que el llamado cronista de Nuevo León falleció hace algunos meses a los 93 años y dejó un amplio legado de crónicas, manuscritos, estudios y libros sobre la historia regional.
La estatua, que mide 1.60 metros de altura, lo representa sentado en una banca de la plaza, viendo a la fachada de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, junto a la Presidencia Municipal.
Cuentan que prácticamente todas las tardes acudía a ese lugar a dar de comer a las palomas y relajarse saludando a los transeúntes después de sus labores diarias.
A la develación del monumento acudió el alcalde Francisco Cienfuegos, así como autoridades de justicia, culturales y educativas del estado de Nuevo León, aparte de familiares y amigos.
La escultura fue diseñada por los artistas Juan Soriano y Armando Ramírez, quienes trabajaron en ella durante dos meses y estuvieron en contacto con los familiares del cronista para asegurarse de obtener buenos resultados.
Durante algunos días, la banca que sostiene la escultura de Don Israel, permanecerá rodeada de un templete, donde también en su honor se transcribe una de sus frases: “Yo afirmo que no hay en el mundo seres imprescindibles, pero también afirmo que sí hay hombres necesarios”.
El lugar ha despertado el interés de los transeúntes, quienes se sientan junto a la escultura para tomarse “la foto del recuerdo”.
Durante la develación del monumento habló Abel Jiménez, cronista del Municipio de Guadalupe, quien recordó a Israel Cavazos como un hombre íntegro, educado y culto, ejemplo a seguir para su pueblo.
Recordó que desempeñó importantes cargos como jefe del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, director del Archivo de Monterrey, de la Biblioteca Central y la Capilla Alfonsina, por mencionar algunos.
Su obra como cronista se resume en varios libros que tocan temas sobre la historia de Monterrey y la región noreste de México.
Don Israel siempre fue un hombre de letras, dedicado a la enseñanza y a promover el estudio de la historia regional entre las nuevas generaciones, por lo que fue muy apreciado entre los círculos académicos y por el pueblo en general.