Hillary Clinton sale limpia en investigación de correos electrónicos
A dos días de las elecciones presidenciales, el director de la agencia, James Comey, reveló en una carta a varios congresistas que la revisión de los nuevos ‘emails’ dejaba inalteradas las conclusiones sobre la inocencia de Clinton.
Comey pone fin así a la tormenta que ha marcado el final de la campaña electoral para las elecciones del martes. Al anunciar, el 28 de octubre, que sus agentes se disponían a examinar nuevos correos relacionados con la candidata demócrata, colocó en el centro de la campaña un caso que ha lastrado las aspiraciones de Clinton. Su rival, el republicano Donald Trump, utilizó aquel anuncio para reiterar su mensaje, no demostrado, sobre la supuesta criminalidad de Clinton y llegó a afirmar que el escándalo era peor que el Watergate.
Concluida la revisión de los nuevos correos, y tal como había pronosticado la propia Clinton, todo quedó en nada. “De acuerdo con nuestra revisión, no hemos cambiado nuestras las conclusiones que expresamos en julio respecto a la secretaria Clinton”, dice Comey en la carta publicada ayer.
Clinton debería haber usado un servidor oficial del Gobierno que permitiese archivar sus comunicaciones. Además es posible que mediante su servidor privado, instalado en su residencia en Chappaqua, un pueblo cerca de Nueva York, transmitiese, posiblemente de forma inconsciente, información clasificada.
La reapertura del caso de los ‘emails’, en la recta final de la campaña, ocurrió en el marco de otra investigación. Los agentes encontraron los nuevos correos en varios aparatos electrónicos propiedad del excongresista Anthony Weiner, investigado por enviar mensajes obscenos a una menor. Weiner es el marido de Huma Abedin, la mano derecha de Clinton. Ambos están separados.
El FBI ha acelerado la revisión de los nuevos emails para poder despejar, antes de las elecciones de 8 de noviembre, las dudas que arrojó el anuncio de Comey el 28 de octubre.
El anuncio, por medio de una carta ambigua y confusa, daba pie a interpretar que los agentes investigaban a Clinton porque habían encontrado información sospechosa. Colocó a una institución suprapartidista en el centro de la pelea política y a Comey bajo la sospecha de injerencia política, lo que valió las críticas del propio presidente Barack Obama.
La carta de ayer no sólo exonera a Clinton sino que también exonera a Comey de las sospechas de intervención.