Tamaulipas

ÉXODO

En el 2010, producto de las negociaciones para la integración de la planilla para el Ayuntamiento de Nuevo Laredo, al grupo político del ex diputado federal JOSÉ MANUEL ABDALA DE LA FUENTE se le otorgó una regiduría y éste la cedió a su hija YAHLEEL ABDALA.

YAHLEEL fue regidora en la administración de BENJAMÍN GALVÁN, donde hizo buenas migas y hasta se sumó al bloque de Acción Nacional tomando acciones en contra de la fracción priista a la que pertenecía y de ahí logró consolidar una buena amistad con el regidor ENRIQUE RIVAS, actual alcalde.

En 2013 pierde el PRI la alcaldía de Nuevo Laredo resultando electo CARLOS CANTÚ ROSAS, la derrota del PRI da como resultado un éxodo de priistas a la administración municipal panista, la ausencia de cuadros y su condición de mujer joven colocan a YAHLEEL en la posición ideal para ser candidata a la diputación federal, la cual logra ganar en el 2015.

En el 2016 el juego de vencidas entre LUIS VIDEGARAY y OSORIO CHONG, hacen que este último pacte la entrega del estado con el PAN, y una vez que OSORIO no es designado como el candidato del PRI a la Presidencia, manda algunas de sus cartas a engrosar el proyecto de LÓPEZ OBRADOR a través del PES y del PT.

OSORIO sigue conservando sus nexos con algunos de los gobernadores que ascendieron al poder en su tiempo, entre ellos FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, de Tamaulipas, donde operó la entrega del PRI en el 2017 y en 2018.

En el 2018 ENRIQUE RIVAS CUÉLLAR presuntamente habría propuesto a su antigua compañera regidora como una fiel aliada a los proyectos electorales del PAN en el Estado, esta decisión fue operada por OSORIO CHONG para que fuera designada por el CEN del PRI.

Así quedaron en el camino priistas de cepa que dieron la lucha y que no estaban alineados al poder regente en el estado.

Hoy el CDE del PRI es un botín de quienes representan intereses al margen de los ciudadanos del estado.

El PRI tamaulipeco es una mezcolanza de egidistas y algunos pocos ingenuos de buena voluntad, y se ha convertido en un conjunto de intereses mercenarios ansiosos de estar al servicio del poderoso y por esto recibir una dádiva.

Es un conjunto de remanentes de los antiguos grupos del priismo tamaulipeco, que están siendo utilizados para intentar legitimar lo ilegítimo, en estos momentos muchos piensan que el PRI ya tocó fondo, pero no lo ha hecho y en las circunstancias actuales el PRI no ganara un solo distrito.

Estamos viendo una dirigencia servil a los dictados del poderoso que pretende explotar la derrota para conservar pequeños espacios que le permitan administrar la derrota y conseguir un par de posiciones plurinominales.

El éxodo que comenzó en Nuevo Laredo hoy arrecia fuerte en todos los rincones del estado, en donde miles de militantes se niegan a ser moneda de cambio.