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Entrevista es género básico para el periodista

En un mundo dominado cada vez más por la tecnología y la inmediatez, la entrevista seguirá viva como un género periodístico básico, del que se puede extraer mucha información, comentó Silvia Lemus, periodista cultural y viuda del escritor Carlos Fuentes.

Su programa “Tratos y Retratos” del Canal 22 de CONACULTA ha sido un ícono en la televisora cultural, por donde han desfilado grandes personajes de las artes y la política a nivel nacional e internacional.

“La entrevista nos permite dialogar y a la vez compartir con los demás ese momento”, dijo Lemus, quien se remontó a los orígenes de la entrevista como uno de los géneros periodísticos básicos.

 Recordó que los franceses en la época medieval ya usaban la palabra “entrevista”, la que significaba “entrever o vislumbrar”, mientras que para los ingleses del siglo XIV era algo así como “entenderse cara a cara”.

Señaló que durante la historia del periodismo han existido entrevistas muy famosas, algunas hechas por periodistas, otras por escritores destacados; incluso han sorprendido aquellas hechas a sí mismo, como las de Oscar Wilde o Truman Capote.

 

“Mientras existan dos personas, la entrevista seguirá viva, pues a diario nos entrevistamos unos a otros. Es una forma de aprender, pero también de ser felices y sentirnos acompañados en este mundo”, afirmó la periodista.

Explicó que incluso por Internet, Twitter, Facebook, WhatsApp u otros medios electrónicos contemporáneos ejercemos la entrevista, pues también es una manera de estar presentes en un mundo nuevo, donde la tecnología se impone.

Pero aclaró que es el mismo ser humano quien decide imprimir calidad o no a lo que conversa, a lo que escribe, a lo que habla y a lo que lee.

“Todas mis entrevistas me han llenado mucho; creo que todo mundo tiene algo interesante qué decir, incluso personas que no son muy prominentes pueden llegar a ser muy interesantes”, añadió.

Ella se considera una entrevistadora que no es provocadora, y mucho menos le interesa la vida privada de quienes aborda, sino más bien su obra, su pensamiento y su aportación como seres humanos.

Sonriente comentó que conoció a su esposo entrevistándolo, y esa entrevista continuó toda la vida. Fue un intercambio en el que nunca dejó de aprender.

“Me gusta dejar hablar a mis entrevistados y sólo hacer otra pregunta cuando hay silencio. Aprendí que metía la pata cuando interrumpía, pues era muy seguro que desviaba le idea original de la respuesta”, dijo Lemus.

Muchas han sido las anécdotas de esta entrevistadora que nunca filma en estudio de televisión, sino en los espacios propios de los artistas e intelectuales, y no pocas veces en lugares abiertos, en su departamento de París o su casa en la Ciudad de México.

En una ocasión entrevistó al escritor franco-rumano Eugene Ionesco. Él accedió algo reticente después de leer un cuestionario previo que le exigió a Lemus, y concertaron la cita en el departamento de ella.

 “Llegó antes que los camarógrafos y me pidió un whisky para hacer tiempo; ya iba como en la tercer copa cuando sonó el teléfono y contesté. Era una mujer que preguntaba si Eugene Ionesco se encontraba ahí.

 “Se trataba de su esposa que me pedía de favor que no le diera de tomar nada con alcohol, pues contradecía un tratamiento médico… ¡Aún así la entrevista quedó estupenda!”, rememoró sin poder evitar la risa.

Otros personajes le han causado mucha impresión, como lo fue la primera ministro inglesa Margaret Thatcher, quien imponía por su fuerte personalidad y relevancia política.

“Fue difícil conseguir ese encuentro, pero a final de cuentas todo se arregló y solamente me pidieron que no tocara el tema de las Islas Malvinas. La entrevista transcurrió de maravilla y hasta logré emocionarla cuando habló de su primer nieto que recién había nacido.

 “No sé por qué, de pronto se me olvidó lo convenido y toqué el tema de las Malvinas. Cuando me di cuenta ya era muy tarde, pero la señora contestó con mucha entereza, sin inmutarse, mientras su coordinador de prensa se quería morir”, agregó.

Subrayó que un punto importante para los entrevistadores es preparase, saber muy bien con quien dialogarán, consultar antecedentes y conocer su obra, ya que la improvisación puede traer resultados desastrosos o ser tomada como una falta de respeto por parte del entrevistado.

El trabajo de Silvia Lemus como entrevistadora es reconocido por su sobria calidad, sin hacer alarde de aspavientos, pero también por la importancia de los personajes que han pasado por sus preguntas.

 “No soy la clásica reportera de guerra que entrevista mientras hay bombardeos; tampoco he andado de intrépida en lugares insólitos, ni nada por el estilo. Lo mío es conversar y dejar que mis entrevistados hablen para compartir esa experiencia con mi público”, concluyó.