En política, las formas son fondo
por Carlos G. Cortés García
La máxima en política es que las formas son fondos. Ni más ni menos. Y lo señalo por la “función” que dieron, por lo menos tres personajes de los que tenemos ubicados en el radar en las ceremonias con motivo del Grito de la Independencia.
Primero, Isabel Arvide, la Cónsul de México en Estambul, en Turquía, se desgañitó lanzando vivas y loas al presidente a Andrés Manuel López Obrador, lo que por supuesto encolerizó a los presentes. Y a la hora de los reclamos, la señora Arvide con una laxitud digna de admiración, acusó a una mexicana que protestó ante el despropósito de la “ceremonia”, de estar “borracha”.
Después, la alcaldesa de Iztapalapa, en la Ciudad de México, Clara Brugada, por si no hubiera sido suficiente con la función de Arvide, lanzó vivas y loas a Claudia Sheinbaum, su jefa y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y al presidente López Obrador. Y lo mismo hizo la ahora gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
Y por si estos ejemplos no hubiesen sido suficientes, el alcalde de Ensenada, Armando Ayala Robles, exclamó, hasta con emisión: “¡Viva el mejor gobernador de México, Jaime Bonilla Valdez!; ¡Viva la Cuarta Transformación de la República!; ¡Viva el mejor presidente de la historia!; ¡Que Viva Andrés Manuel López Obrador!”
A lo mejor un solo episodio lo podríamos creer y dejarlo pasar por boba. ¿Pero tres? Esas son, por supuesto, las que han salido hasta ahora en redes sociales, pero podría haber más. Y como en política no hay casualidades sino causalidades, dicen en mi pueblo que “piensa mal y acertarás”.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define héroe de la siguiente manera:
“1. m. y f. Persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble.
- m. y f. Persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes.
- m. y f. En un poema o relato, personaje destacado que actúa de una manera valerosa y arriesgada.
- m. y f. Protagonista de una obra de ficción.
- m. y f. Persona a la que alguien convierte en objeto de su especial admiración.
- m. En la mitología antigua, hombre nacido de un dios o una diosa y de un ser humano, por lo cual era considerado más que hombre y menos que dios; p. ej., Hércules, Aquiles, Eneas, etc.”
Y perdón, pero Andrés Manuel López Obrador es el presidente de México, pero no es un héroe. Y ni Claudia Sheinbaum es heroína ni Jaime Bonilla tampoco. Esas son patrañas o, derivada de una instrucción superior o de funcionarios necesitados de reconocimiento por parte de sus “jefes”. Terrible sería tanto una hipótesis como la otra.
Y no está bien que, en este momento de la historia de México, quieran colocar al presidente en una posición que no se ha ganado. Y a riesgo de que me mencionen en la sección de “La Mañanera” de las mentiras de la semana, debiera ser la ciudadanía quien califique a López Obrador y su gobierno y no los funcionarios que han recibido beneficios y cargos públicos del gobierno del Tabasqueño. “Halago en boca propia es vituperio” diría la Nana Goya.
Además, hace un par de semanas, el propio López Obrador anunció que ya había dejado por escrito en su testamento que no quería que su nombre fuera utilizado en calles, hospitales ni escuelas. Y entonces, pareciera una contradicción que si permita que su nombre sea utilizado en las arengas a los héroes nacionales. ¿No cree Usted?
En lo personal, me gustaría ver que algún diputado federal levantara la mano y presentara una iniciativa para legislar sobre el tema, acotando las libertades para llenar de ocurrencias las ceremonias oficiales y dando a quien no lo tiene el carácter de héroe de México. “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, dijeran quienes se sienten agraviados con estos fuera de lugar vivas y loas a seres de carne y hueso que, aun, y subrayo aún, no han hecho nada destacable para ser considerados a la altura del Cura Hidalgo, de José Marí Morelos y Pavón o de Doña Josefa Ortiz de Domínguez.
Y además, considero que un hombre tan ilustrado en la historia de México como Andrés Manuel López Obrador, con su claridad de pensamiento, su sencillez, su carisma y la humildad que lo caracterizan, sabe, y sabe bien, que él no es héroe de México, a pesar de haber llegado a la presidencia de México.
No se mañana si se le vaya a considerar al presidente un héroe, pero hoy no lo es, ni él, ni Claudia Sheinbaum ni Jaime Bonilla y más parece que el asunto tuviera un tufo meramente electoral, como muchos de los temas que salen de la garganta del Gobierno de la 4T.
Por lo pronto, y ante las ocurrencias de estos tres funcionarios, sería muy saludable para la democracia de la república que se les pusiera un castigo ejemplar para evitar que otros con esas mismas ansias de crecer al amparo de la lambisconería, sigan su deleznable ejemplo. Se tenía que decir y se dijo.
PD. 1. Por cierto, también dejó un mal sabor de boca, la presencia activa del presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, en la celebración de las fiestas patrias, dándole un lugar que no le corresponde y lastimando con el discurso presidencial la relación con los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.
Al observar dichos hechos, me regresa el pensamiento a los años 70’s, cuando Luis Echeverría Álvarez, soñaba con ser el líder de los países del tercer mundo, lo que nunca ocurrió.
PD. 2. No sería ninguna mala idea que, a la señorita, Ana Elizabeth García Vilchis, encargada de la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”, en las “Mañaneras del presidente”, alguien le regalara un curso rápido de “como leer bien en cinco lecciones”, porque, ya no hablemos del contenido de su sección, pero si de la lectura que ella le da. Le falta mucha calidad profesional para pararse ante ese foro.
