El trompicón de Héctor Garza
El fuego amigo –al menos así debe considerarse toda vez que provino de sus aliados–, dejó severamente debilitado al Oficial Mayor de la Secretaria de Educación Pública, Héctor Garza González en su tempranero paso por convertirse en el precandidato más sólido a la gubernatura de Tamaulipas por MORENA.
El grupo de aliados que ha ido articulando el reynosense, le salió vano. Provenientes de los más cuestionado de las filas del PRI, no se han significado por tener el mínimo talento y menos, oficio político. (Y mejor ni hablar de los tres preceptos que exige AMLO: no robar, no mentir y no traicionar).
Así lo demostraron al considerar que el anuncio de la visita presidencial a Ciudad Victoria –según ellos–, era un pre-destape de Garza González toda vez que el Presidente asistiría a inaugurar el ciclo escolar de educación tecnológica. Los colaboradores del alto funcionario de la SEP, se adelantaron a los acontecimientos y lejos de fortalecer las posibilidades de su jefe, le dieron un golpe bajo que todavía parece doler: uno de los jubilosos anunciantes del fallido evento renunció a su cargo “por motivos de salud”.
Tan fuerte fue el sofocón en el equipo de quien fuera secretario particular del entonces Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Oscar Luebbert Gutiérrez, que paralizó a toda su estructura de precampaña. Su jefe de Prensa, José Manuel Flores –ex jefe de prensa del ex gobernador Eugenio Hernández Flores–, no acertó a operar con acierto una estrategia administradora del daños de la garrafal pifia de sus compañeros de proyecto.
Líderes del SNTE en algunos lugares de Tamaulipas, se sumaron a las voces del paso Presidencial por Tamaulipas. (Y ciertamente: la agenda de AMLO tiene contemplado el estado; particularmente, en municipios IV Distrito). Lo que la misma SEP negó, es la presencia del Presidente de la república, al plantel que los voceros de Garza González habían informado con bombo y platillo.
¿Qué llevó a Héctor a aliarse con gente de tan bajo perfil?
(O al menos es lo que se infiere, por la falta de pericia y de cautela)
¿Quiénes son los enemigos de Garza González?
Al parecer, no están dentro de MORENA. Al contrario, todos los aspirantes del lopezobradorismo que desean participar en la contienda interna por la candidatura a la gubernatura se están moviendo con sensatez y sin conflictos. Adrián Oseguera, Américo Villarreal, José Ramón Gómez y Rodolfo González Valderrama, se han manejado dentro de los cauces de la institucionalidad.
El equipo de Garza González, metió una tensión innecesaria a la contienda interna. Era de esperarse: tiene extremadamente arraigada la lógica política del viejo régimen. Cree que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, debe actuar como lo hizo el PRIAN por décadas: jugar al tapado.
Esa misma vieja cultura política, les hace suponer que el reynosense si anda en Tamaulipas en plan proselitista es porque tiene la venia de AMLO. Justo esa mecánica reflexiva, fue la que llevó al doloroso tropiezo de dar por hecho un destape que está muy lejos de ser el estilo de gobernar del tabasqueño.
Garza González, respondió rápidamente: reemplazó de su equipo al responsable del fallo. No será sencillo la restructuración de su red de aliados. Fundamentalmente, porque buena parte de la clase política que está cohesionando tiene señalamientos políticos de mucho peso.
Por mucho, esta ha sido la pifia más evidente y penosa de todos los precandidatos de MORENA. Ese es uno de los riesgos más latentes de una precampaña adelantada: entre más larga es la estrategia, más probabilidades hay de trompicar.
El daño ya está hecho.
Aún falta tiempo.
(El Presidente, todavía puede venir a levantarle la mano a Héctor).
Sobre todo, si AMLO pretende jugar con las herramientas del viejo régimen.