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El fogón / El Negrón, el Mojito, y el Daiquirí…

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La Habana, Cuba.- Sobre una silla, la figura de Fidel se percibía monumental, majestuosa. No era sólo su carisma; eran, también, las poderosas cargas que, como halos, traía sobre sus hombros: las épicas victorias revolucionarias de Sierra Maestra y de Santa Clara.

Blandía un vaso con el cual invitaba a la concurrencia a brindar por la Revolución.

La bebida, oscura, coronada –como si fuera una guirnalda- por una rama de yerbabuena era más que un símbolo de la victoria popular sobre las herrumbrosas estructuras sociales de Batista.

Era, dijo Castro, el Negrón.

Antes, había pedido al responsable del bar, la preparación de la bebida.

Le instruiría:

“Hielo. Ron Legendario. Refresco de Cola. Limón. Azúcar. Miel oscura, casi negra. Hojas de hierbabuena…”

Ante decenas de jóvenes que abarrotaban el local, el líder revolucionario explicó la esencia de la bebida:

-Esta bebida, se llamará Negrón por su color, -era oscura por los efectos de la Cola y la miel oscura- y en honor del revolucionario Francisco Negrón, maestro de generaciones de abogados cubanos. Simboliza, la unidad de los cubanos, la integración de los blancos –azúcar- y los negros –la miel negra- en la nueva sociedad.

Bajando las escalinatas de la entrada al campus de la Universidad de la Habana –a unos 300 metros aproximadamente-, está el edificio de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). Es un inmueble, compacto, con mesas y sillas de cedro que no han cambiado desde los años 40s. Tiene un pequeño comedor y un bar, en el cual caben algunas 40 o 50 personas.

La entrada está presidida por un cuadro de Castro y Camilo Cienfuegos hecho por estudiantes de arte de los años 50s.

En ese sitio, Fidel Castro lanzó uno de sus discursos más emotivos al triunfo de la revolución. Tenía, un gran compromiso con los universitarios –docentes y estudiantes- que apuntalaron en mucho el cambio social propuesto por el castrismo desde el asalto al Cuartel Moncada.

Si los sabores describen sus geografías, los olores denotan sensaciones y los colores desatan emociones, el Negrón sintetiza todas ellas: la Cuba revolucionaria; la Cuba de Fidel y correligionarios. Por el azúcar, la miel y el refresco y la yerbabuena, tiene un sabor dulzón que domina sobre el del ron.

No parece haber en el mundo, una bebida de mayor peso ideológica que el Negrón. Muy probablemente por eso, está perdiendo presencia y mercado en la Cuba de hoy.

En ningún bar de la Habana, se vende.

En ningún restaurant de Cuba se sirve.

El Negrón, ha sido reducido al vetusto edificio de la FEU.

Ni uno solo de los centenares de bares en Cuba –no sólo en la Habana-, tiene en sus cartas el Negrón.

Si usted desea probar el Negrón, tiene que ir necesariamente al bar de la FEU.

El ron Legendario, está perdiendo la batalla contra su más feroz competidor: el Havana Club. En mucho, ese diferendo lo ha definido Ernest Hemingway.

En las paredes de La Bodeguita de enmedio y La Florida, está escrito de puño y letra del autor de El Viejo y el Mar:

“Mi mojito, en La Bodeguita…

…mi Daiquirí, en La Floridita”.

Son esas las bebidas cubanas más famosas en el mundo.

Y son manufacturadas con Ron Havana. Así Havana. Con una “V” que se remonta a la era de Batista y al dominio en la Isla, del Tío Sam.

El Mojito y el Daiquirí, tienen arrinconado al Negrón.

Miles de turistas, visitan La Florida y La Bodeguita de enmedio para paladear sus respectivas especialidades. La foto con la figura de Hemingway es obligada. El golpe de la luz de los flashes, es intermitente en La Florida. Y lo mismo en la Bodeguita.

Una turista chilena nos hizo una revelación:

-A cientos de turistas que se han tomado la foto con su Daiquirí en la mano, les he preguntado que si conocen algún libro de Hemingway. Nadie conoce una sola línea de los libros del escritor.

Eso sí: todos refieren que Hemingway es un escritor famoso que, aseguran, inventó el Daiquirí.

Si usted visita la Habana, vaya a La Bodeguita de enmedio y a La Florida. Disfrute, el Mojito y el Daiquirí. Respire el aire que respiró Hemingway, y otros no menos célebres visitantes.

Y no olvide ir a la FEU, a paladear el Negrón.

Porque si el Mojito y el Daiquirí, con el Ron Havana –así insisten en escribirlo los gringos-, parecen rememorar los gloriosos años de Fulgencio Batista, el Negrón con su Ron Legendario, es acaso el sabor que más identifica y hace recordar a la Cuba revolucionaria…