El buen augurio del abrazo entre Américo y Arnulfo
La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
La charla fue de acercamiento.
Los dos, siguen guardando sus cartas bajo la mano.
Uno y otro, saben que una mala negociación es mejor –lo dice el pueblo sabio– que un buen pleito.
Por magros que hayan sido los resultados, del encuentro entre el gobernador Américo Villarreal Anaya y el dirigente de la Sección XXX del SNTE, tamaulipeco, Arnulfo Rodríguez Treviño, deben ser contextualizados en un ambiente de éxito para los dos.
Villarreal Anaya, gana porque inhibe un improductivo enfriamiento entre profesores-Ejecutivo estatal; Arnulfo, saca raja para él y los maestros, toda vez que atempera un diferendo que pudo profundizarse y llevar a resultados funestos para el gobierno estatal, para el magisterio y lo peor: para el sistema educativo de la entidad.
AVA, conjura un conflicto que amagaba con extenderse hacia más allá de las aulas; un problema, que parecía se agudizaría para meter en un escenario de confrontación –de resultados impredecibles– a los actores sociopolíticos responsables de la paz educativa al interior y al exterior del espacio áulico. El líder magisterial, enfrió un ambiente que se tornaba cada día más candente entre educadores y autoridad escolar.
Se impuso la sensatez; con todo y que algunos segmentos políticos y educativos –los que viven del conflicto– intentaron romper los puentes que llevan al diálogo: en los últimos tres días, corrientes de opinión atizaron la hoguera enderezándole una campaña negra al oriundo de Villagrán.
¿Quiénes se oponían a ese tan obligado encuentro?
Fue tan halagüeña la conversación, que esos personajes, quedaron reducidos a escombro.
¿Cuáles fueron los acuerdos?
Como en toda negociación que requiere grandes acuerdos, la reunión primera tuvo como objetivo el rompimiento del hielo.
Ese fue el tenor, de la plática.
Lo negociado, ira acomodándose en tanto se disipan los últimos humos de desconfianza.
Por lo pronto, ya se cumplió una de las peticiones del dirigente magisterial: encontrarse con Villarreal Anaya; ya vendrá lo que es obligado: el desplazamiento de los muros existentes entre la Sección XXX y la Secretaria de Educación, Lucía Aimé Castillo Pastor.
Esa fue la mecánica solicitada por Arnulfo a la IV T, tamaulipeca.
Primero el uno.
Y luego el dos.
Lo fundamental ya se dio: un afable encuentro sin intermediarios.
Se infiere, que de este día el futuro será coser y cantar para la administración villarrealista y para el arnulfismo del SNTE.
¿Qué estarán dispuestos a ceder uno y otro?
¿Qué privilegiarán AVA y Arnulfo?
En los días porvenir, lo conoceremos.
Por lo pronto, el diálogo tomó asiento en la vinculación gobierno-profesores.
Y eso, es un notable avance.
Los días de pandemia, la toma por asalto de la SEP y de la Sección XXX, por los representantes del entonces gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, colaboraron para desmantelar y vandalizar todo el sistema educativo estatal, incluyendo los fondos materiales que debieron invertirse para mejorarlo.
Uno de los grandes compromisos de la IV T en cada territorio que aterriza, es el de mejorar el entorno vital de los ciudadanos. La educación, en esa asignación, es prioridad de prioridades.
El abrazo, –ya muy público– entre el gobernador de Tamaulipas y la Sección XXX del SNTE es un buen augurio para concretar aquella tarea.