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Descalifican matrimonios igualitarios

El problema de garantizar el matrimonio igualitario es la reingeniería que se pretende hacer de la familia y de la sociedad y eso, es gravísimo, aseguró monseñor Ignacio Vaquera Gallardo, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

El problema es lo que se pretende y que ya se veía venir. La pregunta es: ¿qué nación, familia y sociedad queremos? y si todos los ciudadanos estamos pintados para ver qué nos imponen porque teóricamente los diputados son nuestros representantes, estarán interpretando nuestra decisión?”.

Habrá que preguntarse, dijo, si la nación quiere esta reingeniería  y que se cambie la naturaleza de la familia.

“Y no es homofobia porque como Iglesia no es el sentir común de agredir a las personas o provocando situaciones y protestas. ¿Es que no bastaba la cuestión de reconocer sus derechos como pareja, herencia, seguridad social si esto es lo que se pretendía?”.

-¿Considera que se está tomando con ligereza esta determinación?-, se le cuestiona.

“Yo creo que sí y creo que como sociedad nos estamos quedando cortos al considerar todo lo que va a significar y vamos a estar con el ‘Jesús en la boca’ cuando ya nos hayan puesto las leyes como les de su gana y entonces qué vamos a hacer”.

No es un asunto de matrimonios, sino de qué sociedad y su célula se pretende dejar.

“La célula es la familia porque dependiendo de eso, qué va a suceder”.

Se debe estar en alerta, dijo, ya que esta determinación tiene una trascendencia más grave de lo que se imaginan, por lo que hay qué plantearse qué debe hacer cada quien.

¿Y LA IGLESIA?

Comentó que hay “iglesias” que aceptan esta determinación ya que incluso, tienen obispas y sacerdotisas.

“No es de ahorita, pero por aquí cerca hay alguna, la Iglesia Episcopal en Estados Unidos, que es llamada ‘Anglicana’, donde la reina Isabel es la jefa se supone de la Iglesia, hay obispas, sacerdotisas y ellos están en este sentido pero creemos que no está en nuestra facultad, no es porque quiera o no”.

En este sentido, comentó, la palabra de Dios es clara.

“La palabra de Dios la creemos firmemente y la voluntad y el plan que Dios tiene para el matrimonio y la familia, el Génesis recuerda: “Hombre y mujer, los creó y les dijo, crezcan, multiplíquense, que no es posible en este sentido y lo que el Señor reafirma en el Evangelio, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.

¿Y LOS NIÑOS?

Otro de los problemas, dijo, es que no se están respetando los derechos de los niños.

“¿Esos no cuentan? Los niños no tienen derecho a una familia, son cosas que debemos tener en cuenta. Es el derecho de los que se supone que son matrimonio para tener hijos a costa de lo que sea”.

Indicó que los niños son un don y no un derecho.

“Qué educación les vamos a dar a esos niños y esos derechos dónde quedan. Son problemas muy preocupantes y como sociedad qué estamos dispuestos a hacer, nos cruzamos de brazos”.

Manifestó que en este contexto, la Secretaría de Educación tendría que analizar qué leyes hay que actualizar porque ahora hay que enseñarles a los niños que pueden ser homosexuales.

“Esa es la reingeniería”.

-Muchas parejas han adoptado hijos, ¿qué piensa la Iglesia al respecto?-

“Está hablándose de derechos de unos que se supone son matrimonio y los derechos fundamentales de esas criaturas qué. Y el futuro y educación no sólo de ellos sino de nuestros niños. Qué educación les quiere dar el gobierno, poner como ideal que ya no hay hombre y mujer, sino lo que tu quieras ser y como quieras ser”.

LA INICIATIVA

El presidente Enrique Peña Nieto envió al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma a la Constitución, a  fin de reconocer el derecho de los mexicanos a contraer matrimonio sin ser sujetos a discriminación por su origen étnico o nacional, discapacidad, condición social, salud, religión, género o preferencia sexual.

El mandatario detalló que la propuesta de reforma al artículo cuarto constitucional busca incorporar con toda claridad el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de reconocer como un derecho humano que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación alguna.

Dijo que de esta forma quedará explícito el matrimonio igualitario en la Constitución, como lo ha determinado la SCJN y como ya ocurre en varias entidades. “Sin embargo, no puede haber en nuestro país quienes en algunos estados tengan ciertos derechos y en otros no.

“Se trata, a final de cuentas, de asumir este reconocimiento, insisto, sobre lo que ya hay jurisprudencia de la Suprema Corte y hoy corresponde emprender esta iniciativa para realmente enmarcarlo en nuestra Carta Magna, como un derecho consagrado”.

 

OTRO CONTEXTO

Monseñor Ignacio Vaquera Gallardo destacó que habrá que analizar el otro contexto que puede tener esta iniciativa.

“No sé qué tanto tenga en cuestión electoral por el momento que estamos viviendo y hay que saber leer estas cosas en otro contexto”.

Sin embargo, desde su punto de vista, en primer lugar no es sólo la legalización de las uniones porque en realidad, la Suprema Corte ya se había pronunciado.

“Segundo quién verdaderamente inició un proceso en vista a esto en mi opinión malamente, pero así sucedió, fue Marcelo Ebrard en el Distrito Federal, cuando en el madruguete de las 3 ó 4 de la mañana de repente amanecen legalizadas estas uniones”.

Esto, dijo, porque ya estaban aprobadas las uniones consensuales y al poco tiempo, Ebrard presidió un acto masivo de matrimonios del mismo sexo en el Distrito Federal.

“Y además está el acuerdo en el pacto federal que lo que en un estado se aprobó civilmente están obligados los demás estados a reconocerlo. Qué pasaba en Tamaulipas, los famosos amparos pero un amparo para que se hicieran las cosas porque aunque no estuviera legalizado, ya había obligación de reconocerlo”.