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Desafían cubanos a Trump

El deseo del Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de endurecer las relaciones con La Habana no parece amilanar a los cubanos tras la muerte de Fidel Castro.

El pasado 1 de diciembre, Gabriel Huarte esperaba en el Parque Leoncia Vida de Santa Clara la salida del cortejo fúnebre.

Cuando tenía 19 años, en los primeros días de 1959, Huarte, orgulloso miembro del Partido Comunista de Cuba, presenció la entrada de Fidel Castro en la localidad, camino a La Habana, para hacerse con el control de Cuba.

Huarte se muestra desafiante sobre lo que le depara a Cuba, ahora que Fidel ha muerto, con la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca tras su victoria en las elecciones presidenciales.

“Perdone mi lenguaje, pero tienen que joderse porque esto va a seguir. A lo que sea.

“Vamos a seguir luchando. Él (Fidel Castro) le legó al Partido Comunista la tarea a seguir. Nosotros sabemos qué es lo que tenemos que hacer. Porque eso está escrito.

“¡Ah!, nos están bloqueando. Pero bueno. Hace 50 años estamos con el lío del bloqueo porque no le gustó a los americanos la accioncita esa que le hizo el comandante”, terminó.

En La Habana, el pasado martes, el segundo y último día del homenaje que se prestó a Castro en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, Pascual Chamizo aguardaba en la fila para entrar en una de las salas habilitadas para que los habitantes de la capital rindieran tributo al ex Presidente cubano.

Chamizo es un veterano, vestido con su uniforme. Barbudo, cubre sus ojos con unas gafas de sol.

“Ahora vamos a empezar igual que antes con el Trump ese que prácticamente llamó prostituta a la Clinton”, espeta con desparpajo.

E inmediatamente antes de pasar al Memorial José Martí, confiesa: “¡Yo lo que quiero es entrar en combate ya!”.

El mensaje beligerante de Chamizo a Trump es la excepción.

El sentir de muchos está resumido en las palabras de Rigoberto Aragón Cervantes en Camagüey.

“Yo le diría al Presidente de los Estados Unidos que coja experiencia de lo que es humanidad. Que cojan experiencia de lo que es amor del pueblo. Que cojan experiencia de lo que es un dirigente digno de admirar, que dejó todas sus riquezas por luchar por el bienestar de la humanidad”, declaró.

Pero Aragón también quiso dejar claro que la muerte de Castro no supone un momento de debilidad, sino todo lo contrario.

“Nosotros, que tenemos un poquito de edad, que conocemos lo que es el capitalismo, queremos defender esto hasta la muerte”.

En Holguín, la tierra natal de Castro, Alberto Matos, de 67 años y que se benefició de una de las primeras campañas de alfabetización iniciada por el Gobierno castrista, lanza un mensaje similar.

“Los cubanos somos los cubanos. Nunca le hemos temido a nada y hemos resistido 50 años de bloqueo, que es como una Guerra Fría”, declaró.

Huarte, en Santa Clara, también defiende ese punto de orgullo nacionalista frente a Estados Unidos.

“Estamos preparados para cualquier contingencia en contra de los derechos y libertades de un país. Porque otros países aunque tienen Gobierno no son libres.

“Lo que pasa es que son dirigidos por otras potencias mayores. A nosotros no nos pasa eso. Nosotros nos dirigimos. Los pensamientos que nacen aquí son cubanos”, aseguró.

Por su parte, Matos hace su particular análisis de las capacidades del Presidente electo estadounidense.

“Trump será un hombre de negocios pero le veo con poca capacidad política. Le veo poco prudente y cualquier imprudencia de un Presidente de los Estados Unidos puede empezar una guerra mundial”, añade.