Estilo y Cultura

Así se vivió la revolución en Tamaulipas

CIUDAD VICTORIA.- Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse.

La oposición al Gobierno cobró relevancia luego de la postura manifestada por Díaz.

En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con la finalidad de formar un partido político que eligiera a sus candidatos en asamblea nacional y compitiera en las elecciones.

Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición.

En su estancia en la cárcel se realizaron las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.

Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a Estados Unidos. Desde San Antonio, Texas, el 20 de noviembre de 1910, proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el Gobierno de Díaz.

El conflicto armado inició en el norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional.

Junto al apóstol de la democracia se hallaban los hermanos Francisco y Emilio Vázquez Gómez, originarios de la Ciudad de Tula, Tamaulipas.

¿Quién fue Emilio Vázquez Gómez?

Nacido en Tula el 22 de mayo de 1858, dentro del matrimonio formado por don Ignacio Vázquez y Juana Gómez.

Vivió sus primeros años, de forma humilde, en el rancho de sus padres.

En 1874 se trasladó a Saltillo para ingresar al Ateneo «Antonio de la Fuente», trabajó como mozo para pagar su estadía y estudios.

En 1880 fue síndico del Ayuntamiento de Saltillo.

Viajó a la Ciudad de Méxicodonde obtuvo el título de abogado en 1885.

Colaboró en el bufete de Luis Gutiérrez Otero por diecisiete años.

Desde 1888 se manifestó contra las constantes reelecciones de Porfirio Díaz al publicar el folleto La reelección indefinida, el cual volvió a imprimir en el margen de las elecciones federales de 1892. En 1906 publicó Las aguas de la Nación.

Dos años más tarde fundó el Club Político Antirreeleccionista con el lema «Sufragio efectivo, No reelección».

Meses más tarde publicó El pensamiento de la revolución.

Militó en el Centro Antirreeleccionista de México junto con Francisco I. Madero, Alfredo Robles Domínguez, Luis Cabrera y Patricio Leyva.

Fue nombrado presidente del Centro el 19 de mayo de 1909.

En abril de 1910, en el marco de la convención celebrada en el Tívoli del Eliseo, se postuló como candidato a la presidencia de la República, no obstante fueron electos; Francisco I. Madero como candidato a presidente y su hermano Francisco Vázquez Gómez como candidato a la vicepresidencia.

Apoyó la candidatura de Madero, por ello fue perseguido y encarcelado.

Una vez puesto en libertad se exilió a San Antonio, Texas. Cuando triunfó la Revolución maderista se opuso a la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, así como al licenciamiento de tropas revolucionarias, pues opinaba que: «revolución que transa, revolución que pierde»

Fue nombrado secretario de Gobernación en la presidencia interina de Francisco León de la Barra.

En su gestión intentó utilizar a su favor el desarme de tropas rebeldes, por otra parte, intentó intervenir en el cambio de gobernadores y otras autoridades locales.

Propuso la renuncia de De la Barra al puesto presidencial para que Madero asumiera el cargo de inmediato, asimismo exigió la expulsión de algunos de «los Científicos» que ocupaban puestos en el gabinete presidencial.

Esta actitud ocasionó fricciones con el resto del gabinete presidencial y con el propio Francisco I. Madero, con quien comenzó su distanciamiento, pues este consintió su destitución del cargo cuando se dio cuenta que las exigencias de Emilio fueron respaldadas por algunos jefes militares, interferencia que era ajena a sus planes de gobierno.

De la Barra le exigió su renuncia, la cual se realizó el 2 de agosto de 1911.

Profesor rural enarbola bandera del maderismo en Tamaulipas

La adhesión al maderismo se hizo notable en Tamaulipas con la participación del maestro rural Alberto Carrera Torres, quien con un puñado de hombres se levantó contra la dictadura del general Porfirio Díaz a fines de ese año.

Alberto Carrera conoció los manifiestos del Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón que publicó El Tulteco en 1906; daba pláticas a sus alumnos y a campesinos de la región al hacer críticas al régimen porfirista antes de iniciarse la revolución.

Se le aprehendió en una ocasión, estudió leyes por su cuenta y abrió un bufete jurídico en Tula en 1909, adhiriéndose al movimiento político maderista en ese mismo año.

Empieza la violencia

El Diario, un periódico de la Ciudad de México, informó el 23 de noviembre de 1910, que una partida de revoltosos se había presentado en la hacienda de Ganahl, situada en los confines de Tamaulipas con San Luis, y había matado a una familia de norteamericanos, de la cual no se mencionan los nombres.

Otros norteamericanos de la región, pronto enviaron protestas a su embajada y la Secretaría de Relaciones Exteriores también tomó cartas en el asunto, dando órdenes terminantes a las autoridades tamaulipecas para que se abriera una investigación sobre los hechos y se protegieran todos las propiedades de extranjeros

Voluntarios de Tamaulipas

El 6 de diciembre de 1910, era esperado en Tula el teniente coronel José F. Montesinos, miembro del Estado Mayor del general Porfirio Díaz.

Al parecer el señor Montesinos se encargaría de formar un Cuerpo de guardia, que se llamaría; “Voluntarios de Tamaulipas”, cuyo objetivo era estar a la defensiva contra los revolucionarios maderistas.

El ingeniero militar Montesinos, era dueño de la hacienda La Saldaña en Jaumave, de ahí su interés en “salvaguardar el orden”. Según el doctor Octavio Herrera, este oficial porfirista sí integró el cuerpo de voluntarios, y para el 21 de Mayo de 1911, fecha que Alberto Carrera Torres se

apoderó de Tula, las tropas federales no estaban en la ciudad, luego que los guardias rurales se habían amotinado, y los voluntarios organizados por el hacendado José F. Montesinos no se encontraban.

Tula en 1910

Antes de la revolución, Tula fue un emporio de riqueza, ya que gozaba de una paz envidiable.

La ciudad era visitada por hombres de negocios, comerciantes y viajeros, la mayor parte del interior de México, especialmente de San Luis.

Había coches-diligencias para correo y transporte de pasajeros entre Tula, Palmillas, Jaumave y Victoria, como de carruajes, carros, carretas, todo de tracción animas y recuas mulares o asnales, teniendo que sufriese en épocas de lluvia por el mal estado del camino.

Era digno de mención, el tráfico con la ciudad de Cerritos, S.L.P. Las familias de Tula eran afectas a las bellas artes y al buen vivir; señoras y señoritas sabían bordar, deshilar, y hacer toda clase de artes manuelas domesticas; tocaban el piano, el violín y la guitarra.

Firma de los Tratados de Ciudad Juárez

El 8 de mayo de 1911 Pancho Villa y Pascual Orozco, desobedieron la orden de Francisco I. Madero, atacaron Ciudad Juárez, derrotando dos días después al general Navarro, su defensor.

Este hecho trajo consigo que el gobierno de Díaz mandara a la ciudad fronteriza una comisión para firmar acuerdos de paz.

Los tratados fueron firmados el 21 de mayo de 1911 en el edificio de la Aduana Fronteriza de Ciudad Juárez, por el representante del gobierno de Díaz, el licenciado Francisco S. Carvajal y el doctor Francisco Vázquez Gómez, Francisco Madero padre y el licenciado José María Pino Suárez, como representantes de los revolucionarios. Su punto más importante eran las renuncias de Porfirio Díaz y de su vicepresidente, Ramón Corral, antes de finalizar el mes de mayo de 1911. También se establecía que de acuerdo a la ley, el Secretario de Relaciones Exteriores Francisco León de la Barra sería nombrado presidente interino y que debía organizar elecciones libres tan pronto como fuera posible.

Como consecuencia de los Tratados de Ciudad Juárez, el gobernador de Tamaulipas, don Juan B. Castelló, renuncio a su cargo, siendo nombrado don Espiridión Lara como nuevo mandatario estatal por el Congreso Local.