AMLO debe serenarse
El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca ha salido en defensa de Tamaulipas ante la falta de diplomacia política que ha tenido Andrés Manuel López Obrador, quien ya perdió su ubicación en el contexto político nacional y por su actitud parece que aún sigue siendo el candidato de Morena y no el presidente electo de México.
Por ejemplo, a sus coordinadores en los estados que más bien parecen los dirigentes estatales de Morena, les ha conferido tanto poder para manejar los recursos federales, que varios gobernadores han protestado por esta medida y así lo hizo Enrique Alfaro Ramírez, gobernador electo de Jalisco, quien declaró que no necesitaba intermediarios para ponerse de acuerdo con AMLO sobre los recursos que su estado necesita.
Después lo han hecho varios mandatarios estatales quienes han mantenido el tono de Alfaro Ramírez, pero el gobernador García Cabeza de Vaca ha sido muy claro con el nuevo gobierno federal y ha declarado:
“El nuevo gobierno tiene todo el derecho de llevar a cabo todas las políticas que considere para sacar adelante sus proyectos, siempre que no vulneren la soberanía de los estados; es la posición del Gobernador de Tamaulipas, trabajar de la mano del nuevo gobierno federal, pero en el entendido que fui electo de una manera democrática, que tengo un mandato constitucional de guardar y hacer la Constitución y todo aquello que vulnere la soberanía del estado”.
Por otra parte, el primer gobernador independiente, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón, puso el dedo en la llaga abierta por la tensa relación que tiene el gobierno de López Obrador con los gobiernos estatales y comentó que sí Nuevo León le aporta a la Federación el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a través de impuestos, espera que la Federación le envíe recursos en la misma proporción de lo que genera, porque si no lo hace, romperá con el Pacto Federal y nadie duda ni tantito que lo haga.
Y no porque le digan El Bronco, sino porque en un momento dado podría contar con el apoyo de los empresarios de Nuevo León, de los sectores productivos y la mayoría de los ciudadanos y con esto, ellos iniciarían realmente con la IV transformación de México.
Es por ello que López Obrador debe serenarse, está bien que haya obtenido 30 millones de votos y sea el presidente electo mejor aprobado de la historia de México, pero si continúa anunciando que los recursos federales los invertirá solo en el sur de México, esto pudiera provocar que aumente más la molestia de los norteños.
Nuevo León como Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Sonora y las Baja California, así como Sinaloa, Zacatecas y Durango, también requieren de suficientes recursos y proyectos para mantener su desarrollo e impulsar su crecimiento económico.
Por esta razón existe una Ley de Planeación donde se establece cuáles son los procedimientos para que el Estado lleve a cabo en una planeación eficaz y responsable; equitativa e incluyente, así como integral, sustentable y sostenible en el país.
Pero de igual forma, para fortalecer del pacto federal, el municipio libre y lograr un desarrollo equilibrado del país y si esto AMLO no lo sabía porque nunca lo había estudiado o nadie se lo había dicho, es necesario que sus asesores le digan que una cosa es ser candidato y otra presidente de la República, porque al parecer aún no le cae el veinte. ¿Verdad?
El caso es que AMLO debe serenarse y tiene que conocer a lo que está sujeto por ley un presidente de la República, ya que la construcción del Estado Mexicano no se ha logrado con ocurrencias y buenos deseos, no.
Se ha conseguido con mucha sangre, sudor y lágrimas, superando las etapas de la historia y a veces aunque no se quiera, los mandatarios nacionales han aprendido a reconocer la realidad y López Obrador al parecer desconoce las leyes y el tiempo en que vive.
Sí continúa con su actitud y quiere imponer sus gustos, ideas y fobias, sin tomar en cuenta lo que piensan los mexicanos, entonces en la presidencia de la República no se tendrá a un demócrata, sino a un dictador y eso, por sí no lo sabe AMLO ya es una etapa superada. ¿O no?