Son redes el ‘gancho’
Aunque se lucha por erradicar el problema de trata de personas en México, esto no se ha logrado.
Desafortunadamente, el problema se ha incrementado a raíz de la demanda que han tenido las redes sociales en los últimos años.
En entrevista, Diana Mata Monreal, directora de la Fundación de Asistencia Social y Ayuda Comunitaria (Asahac), dio a conocer que desde el 2009 se ha trabajado en combatir este problema donde principalmente se ven afectadas las y los menores de edad.
Aseveró que la realidad que se vive actualmente debido a esto, es triste, por lo que a través de pláticas de orientación a jóvenes estudiantes es como se ha tratado de prevenir que sigan siendo víctimas de engaños.
“Los depredadores sociales a través de la pantalla tienen una gran capacidad para convencerlos y engancharlos”, aseveró Mata Monreal, quien desde hace varios años se ha dedicado a impartir conferencias no sólo en México sino también en otras partes del mundo.
Precisó que una parte fundamental para que los menores no caigan en las garras de los depredadores cibernéticos, son los padres de familia.
Dijo que es tiempo de tener mayor comunicación con sus hijos, saber qué páginas consultan en el Internet y sobre todo con quienes tienen contacto.
Precisó que es importante que le dediquen un poco de tiempo a los jóvenes, platicar y conocer qué actividades desarrollan cuando se encuentra solos en casa.
Mata Monreal dijo que debido a la gran cantidad de casos que presentan por esta situación se desconoce la cifra de cuantos casos se tiene de trata de personas, sin embargo, se cree que ésta se ha duplicado.
“Los medios internacionales de acuerdo a sus estadísticas hablan de que se ha duplicado la cantidad de enganche, sobre todo focalizados en redes sociales”.
Informó que quienes caen con mayor facilidad en la trata de personas, son las adolescentes y las niñas.
“Lo que hacemos es una alianza directa con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que son quienes se encargan de hacer el acompañamiento jurídico en el caso de la existencia de una víctima y que quiera hacer la denuncia”.
La directora de Asahac precisó que son distintos los métodos por los cuales este sector de la población está propenso a ser víctimas de la trata de personas y un medio muy común es el Internet a través de las conocidas redes sociales.
“Según estadísticas, un 26 por ciento de enganche se da a través de las redes sociales, lo cual es sumamente alarmante porque estamos hablando que de 10 jóvenes, 3 pueden estar siendo enganchados por este medio (Internet)”, expuso.
Reveló que debido al uso inadecuado del Internet el índice de prostitución de menores ha ido en ascenso, es por eso “que hemos ido capacitando a las autoridades competentes en distintos sectores donde pudiera existir probables víctimas, principalmente en las escuelas donde llevamos el mensaje a los niños, a las niñas y adolescentes sobre el riesgo que existe en las redes sociales”, precisó.
Por qué en las escuelas, cuestionó Mata Monreal, “bueno porque están tan permeados de la vida informática que disfrutan lo que encuentran en Internet pero no conocen los peligros que hay”.
Mata Monreal dijo que en el municipio no se tiene un registro de estos casos, ya que no se han presentado denuncias.
“Sin embargo, hemos tenido conocimiento de niñas que han sido enganchadas a través de las redes sociales, ya sea Facebook, WhatsApp o Twitter, ahí las personas se hacen pasar por la edad de las menores y las van vinculando tanto en la pornografía, prostitución, etcétera”, dijo.
Por ello, lanzó un llamado nuevamente a la padres de familia para evitar que este tipo de situaciones se presenten y pongan en riesgo la integridad y hasta la vida de las victimas.
Trata de personas
>Se entenderá por trata de personas la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.