Evita males hepáticos
La hepatóloga señala que 40 por ciento de los diabéticos tipo 2 tienen hígado graso, condición que puede evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado.
La especialista refirió que ambos padecimientos se retroalimentan pues una enfermedad del hígado aumenta varias veces el riesgo de provocar diabetes.
“Hoy sabemos que el paciente que tenga daño hepático por la infiltración de grasa en el hígado por obesidad y fenómenos metabólicos es más propenso a desarrollar cirrosis.
“Nos preocupa porque vemos que las personas obesas ni consideran que pueden tener un daño hepático”, refirió.
El binomio diabetes y enfermedad hepática, aseguró, es más común de lo que pensamos, pues tan sólo en su consulta llegan pacientes con obesidad que tienen diabetes y ahora están padeciendo las complicaciones de una enfermedad hepática que no fue diagnosticada a tiempo.
Consideró que en una década se podrán ver los impactos de este binomio de enfermedades.
“Por eso la recomendación es hacer la búsqueda intencionada en los pacientes diabéticos para buscar si tienen daño en el hígado y tratarlos. Esto se puede hacer con un ultrasonido que indica el nivel de grasa y hasta algunas zonas ya con fibrosis”, explicó.
La enfermedad hepática y la diabetes guardan una relación estrecha, explicó, pues la primera no siempre es reconocida y tomada en cuenta por pacientes y médicos, por lo que es fundamental generar conciencia sobre esta grave asociación, la cual está creando fuertes consecuencias tanto para la población mexicana como para los servicios de salud.
“Estos pacientes tienen una evolución silenciosa a lo que se refiere a la enfermedad hepática de hasta 10 años y el daño dependerá de qué tan descontrolados están en su diabetes”, indicó.
México ocupa el sexto lugar mundial en casos de diabetes en personas entre los 20 y 79 años según la Federación Internacional de Diabetes.
Y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de diabetes en nuestro país es de 10.4 por ciento, siendo la segunda causa de mortalidad en todas las edades, al reportar en 2014 cerca de 87 mil muertes en población mayor de 30 años, situación que convierte a esta enfermedad en un verdadero problema de salud nacional