La amarga realidad de los Ayuntamientos…
Los nuevos alcaldes tamaulipecos –de cualquier partido-, tienen un reto ante sí: los compromisos de campaña; que al momento se visualizan complicados de cumplir.
Una seguridad pública imposible –para su nivel- de restablecer, servicios públicos colapsados –y aparte: privatizados en algunos municipios como Reynosa que se debe pagar una millonada a una empresa que incumple desfachatadamente-, nóminas súper infladas –con la desgracia de no poder operar el despido ante la lluvia de demandas laborales que harían erogar millones de pesos a la autoridad municipal, haciendo más grave el remedio que la enfermedad- y necesidades sociales que rebasan la capacidad financiera de cualquier ayuntamiento.
(Esto se agudiza, por la escasa capacidad recaudatoria de las alcaldías ante los enormes gajos de esta potestad que les han arrebatado los poderes fácticos).
A esos retos, se suma la millonaria deuda pública de Tamaulipas.
Como nunca en su historia, el tesoro público está pignorado.
Las deudas de algunos ayuntamientos, agrandan el agobio deficitario.
Muchas alcaldías, han escondido por vergüenza las pesadas deudas que contrataron o que les heredaron. O ambas circunstancias.
La casi total destrucción de la infraestructura urbana de los 43 municipios, es un desafío monumental para la nueva autoridad municipal. Drenajes colapsados, Comapas en quiebra, pavimentación agujerada, alumbrado público lastimado en grado sumo y otras deficiencias ponen contra la pared y hace que la esperanza en las nuevas administraciones sea de reducidas dimensiones.
El ciudadano común, esperaría soluciones.
Se percibe, una carrera contra el tiempo de la nueva autoridad. Sobre todo, porque gobernarán menos de dos años. Tiempo que se ve insuficiente para ejecutar un alegre, contundente y operativo plan de gobierno.
No hay salida que el manual desconozca.
O más deuda, o más impuestos.
¿Qué camino tomará la autoridad?..
Amarga solución.
Tanto para los gobiernos; como para los ciudadanos.
La autoridad, perderá consensos.
Los ciudadanos, perderemos más poder adquisitivo…