Columnas

Un gobierno diferente, sensible, accesible

Baltazar Hinojosa Ochoa lleva prisa por ser Gobernador de Tamaulipas. Ayer en Nueva Ciudad Guerrero, hizo frente a Magnolias, promotores del voto, ex alcaldes y simpatizantes de su proyecto, el compromiso con la candidata a alcaldesa, Olga Landa de Leduc, de empezar sus respectivas gestiones con acciones que resuelvan necesidades. Desde el primer día.

Palabras más palabras menos, el candidato del PRI dijo que no pueden darse el lujo de perder el tiempo (“sabia virtud de conocer el tiempo”, diría don Renato, el pariente político de Olga), pues empezarán a redactar proyectos de trabajo desde el día que sean declarados Gobernador y presidenta municipal electos, para arrancar sus gestiones con acciones inmediatas.

Baltazar se plantó frente a la multitud de sus seguidores y les expuso sus proyectos de transformación de Tamaulipas y en respuesta, adultos mayores, jóvenes, madres solteras, profesores y profesionistas, le tomaron la palabra y lo abrumaron con peticiones, que él agradeció.

Poniendo como testigo de calidad a la joven candidata a alcaldesa de Nueva Ciudad Guerrero, cuna del primer Gobernador de Tamaulipas, don Bernardo Gutiérrez de Lara, el licenciado Hinojosa Ochoa tomó nota de algunas de las obras solicitadas.

“Estarán orgullosos de su próximo Gobernador, porque desde el primer día de mi mandato trabajaré en colaboración con la que será su alcaldesa, Olga, en la construcción de un gimnasio de usos múltiples, una alberca pública con todos los servicios, una clínica de salud con servicio las 24 horas del día, con ambulancia a la puerta y desmontaremos los terrenos baldíos con maquinaria estatal”, prometió.

La abigarrada concurrencia no dejaba de aplaudir. Baltazar demostró además, su convencimiento de que Nueva Ciudad Guerrero seguirá siendo un bastión priísta, donde no han perdido, en toda su historia, ninguna elección.

El abanderado tricolor no quería despedirse, pese a tener otros eventos programados, en Nuevo Laredo. Platicó con regocijo con varios de los asistentes, que expusieron sus inquietudes, como las madres de familia que gritaron por mejores servicios médicos, atención a los abuelitos, educación y seguridad pública.

A todos les dijo que sí. Pero pidió a cambio, que comprometan su participación en las acciones del gobierno, para que la sociedad marque el rumbo al gobierno y le diga cuáles son las obras prioritarias.

Baltazar se declaró enamorado de Nueva Ciudad Guerrero y todavía no es Gobernador, pero emitió el decreto simbólico que suprime para siempre la mención de la frontera chica. Dijo que sólo hay una frontera, desde Matamoros hasta Nuevo Laredo, y que se ha propuesto establecer políticas públicas que mejoren la calidad de vida de todos sus habitantes.

Adelantó a su auditorio que vienen tiempos mejores, con la policía de proximidad, la Escuela para padres de familia (“no se preocupen, no habrá exámenes”), la promoción del empleo, pero básicamente, porque “las cosas se van a hacer bien”.

Salió muy bien este evento de apapachos y compromisos, donde el candidato se llevó de regreso a Nuevo Laredo, la promesa ciudadana de votar por él el 5 de junio.

Aunque habíamos jurado no transitar todavía, por la carretera ribereña, por razones obvias, no pudimos declinar la invitación, y acompañamos en un tramo en su camioneta, al licenciado Hinojosa Ochoa.

Salimos de Nuevo Laredo rumbo a Nueva Ciudad Guerrero a las once de la mañana, y regresamos a las tres de la tarde, una jornada intensa pero satisfactoria, por el avistamiento personal de la identificación del candidato con los ciudadanos.

Hay vigilancia militar permanente y en todo el tramo no hay visos de peligro. En el trayecto, Hinojosa Ochoa reafirmó algunas de sus expresiones que denotan la intención de hacer las cosas diferentes, al frente del gobierno del Estado.

Expresó su convencimiento de ganar las elecciones. “No estoy combatiendo contra ninguno de los otros candidatos. Me esfuerzo por identificar las razones y motivos del humor social agrio, para tratar de orientar el mensaje en sentido contrario, es decir, ofrecer soluciones a la aflicción de la gente”.

A partir de un diagnóstico frío, realista, el candidato del PRI reconoce las frustraciones de una sociedad que tiene derecho a mejores niveles de bienestar y se esfuerza por desplegar sus habilidades para diseñar un gobierno diferente, que entusiasme y despierte la simpatía popular.

“Ese es mi reto, esa es la meta que estoy persiguiendo”, repitió.

Por lo pronto, Hinojosa Ochoa tiene ofrecido al electorado que él si va a hacer las cosas bien, que no desaprovechará la oportunidad de ser Gobernador, y más recientemente, hizo una oferta sensacional, por inédita:

“No habrá favoritos en la asignación de contratos de obra pública, ni tampoco en la lista de proveedores de bienes y servicios”.

Ayer nos hizo la revelación de que no es dueño de una empresa constructora, ni es su propósito fundar una a su nombre o por interpósita persona. Rememoró la vieja sentencia campirana de Piporro, de que el cajón abierto hace al ladrón.

“Yo soy agricultor y ganadero, además de servidor público; eso es lo mío y no pienso cambiar”.

Abundó en el tema citando su experiencia como Secretario de Educación hace más de diez años, cuando rompió el monopolio que ejercían nueve constructores con el programa de obras de la dependencia.

Licitó los contratos y favoreció a alrededor de cien empresarios del ramo, que habían estado marginados. Por supuesto, hubo resistencias e intentos de represalias en su contra, pero no prosperaron.

Otra característica de su gestión en Educación, fue la descentralización de la obra pública. Las Universidades Tecnológicas y el Espacio Cultural Metropolitano, entre otros, fueron hechas por empresas de las respectivas ciudades, no por victorenses.

Baltazar se propone mantener esta política de distribución equitativa de obra pública, entre los constructores registrados, especialmente entre aquellos que han permanecido fuera de la estrecha lista de privilegiados.

En cuanto a la integración de su Gabinete, el futuro Gobernador del Estado anunció que dará un severo repaso al funcionamiento de las dependencias, para devolverles dinamismo y funcionalidad, especialmente Salud y Educación.

Tenemos, dijo, la vocación política de hacer un cambio trascendente en el gobierno.

Anunció así mismo, que en materia de seguridad pública, conseguirá la instauración de la policía de proximidad, tres mil en todo el Estado, para que combatan al delincuente ordinario, el del fuero común, y prevengan los delitos, en barrios y colonias.

Remató sus reflexiones, con la oferta de hacer un gobierno diferente, sensible, accesible a la gente y con una enorme capacidad de interlocución con todos los segmentos de la sociedad, para nunca perder piso.

–¿Y habrá suficiente dinero para hacer esa transformación de Tamaulipas?, preguntamos.

Ya tenía el candidato lista la respuesta. “Luis Videgaray nos será de gran ayuda, porque igual comparte su preocupación por sacar adelante a Tamaulipas”.

En tanto que el candidato del PAN, Francisco García Cabeza de Vaca, mereció ayer todo el espacio de la columna de Jorge Fernández Menéndez, en Excélsior, y sus relaciones con la gente del triángulo Hidalgo, Mainero y Villagrán, que consiguió que todos los candidatos y directivos de los otros partidos, le juraran públicamente adhesión incondicional.

Una de las mantas desplegadas en el mítin del abanderado del PAN en Hidalgo la firma un grupo faccioso y dice textualmente: “A dios rogando y con la cuarenta y cinco dando”. El CEN de Ricardo Anaya evalúa la situación.

Correo electrónico: albertoguerra65@hotmail.com