Amarran navajas entre Secretaría General y Dirección Jurídica
En gobiernos democráticos, la discusión sobre los asuntos públicos nunca debe interrumpirse, pues eso ayuda a que las soluciones se apresuren. Y en Tamaulipas, después de la nefasta gestión de Francisco García Cabeza de Vaca, hay que rehacerlo todo. El nuevo gobierno no debe hacer la mínima pausa en esto; siempre se le debe exigir. Pero cuando se intenta responsabilizar a una sola persona de todo el quehacer, hay una mano negra detrás. Y eso es lo que le sucede ahora a Héctor Villegas González.
El gobierno de Américo Villarreal tiene constantes cabezazos del Poder Judicial, la Fiscalía de Justicia y todos los organismos autónomos pues antes de irse, Cabeza de Vaca los puso en manos de sus incondicionales. De hecho, hizo lo mismo con el Congreso del Estado, pero la diputación morenista logró recuperar el control, para perderlo una vez más ante el máximo tribunal de Tamaulipas el TRIELTAM.
La líder de la fracción morenista, Ursula Salazar (aunado a su inexperiencia política e ineptitud) anda más preocupada en promover su imagen en Tampico para las próximas elecciones dejando de lado sus deberes legislativos actuales, logrando que los panistas prácticamente cogobiernen la entidad aunque hayan perdido la gubernatura. Su liderazgo ha sido sólo de título, pues no ha logrado nada relevante en los meses al frente de la JUCOPO, al contrario, ha sacado ventaja de esa posición para intentar proyectarse en la zona sur.
La conspiración panista ha funcionado: ninguna de las 40 denuncias contra funcionarios de su gobierno ha progresado ni tenido una orden de aprehensión.
Incluso la UAT, de donde salieron recursos para atacar al doctor Villarreal, es explotada actualmente por la legión cabecista. Nunca antes había pasado algo así.
En secreto, seguramente se burlan del doctor y de los morenistas. Saben que mantienen a raya al gobernado haga lo que haga contra ellos.
Como encargado de la seguridad y la política interna del estado, Héctor Villegas González tiene la responsabilidad de coordinar las acciones para tener resultados en esos rubros. Pero no debe ser el único ni el más obligado: es una tarea compartida con todo el gabinete, y si hubiera que destacar a un acompañante cercano, ese sería la Dirección Jurídica.
Sin embargo, no se percibe casi ninguna colaboración del gabinete en esas tareas: han dejado solo a Villegas González como Secretario General, además, todavía le echan encima los episodios de inseguridad de los últimos meses y los cercanos y amigos de Tania Contreras ahora buscan culpar a Héctor por lo sucedido en el Congreso ¿Para que? Para que El Negro Gamundi, a quien un testigo protegido ha señalado de haber colaborado con el C.O. tenga la oportunidad de entrar en el buen gobierno de Villarreal.
De este modo, un día sí y otro también, lo atacan en la prensa como si él hubiera permitido a los panistas que se adueñaran de los espacios o que las denuncias se estanquen. Muchos de esos ataques son risibles y tienen el sello del interés político, o más bien de la politiquería, como dice el presidente. Hasta proponen que lo destituyan para que todo se arregle automáticamente con su salida.
Algunas versiones serias apuntan precisamente a la Dirección Jurídica como el lugar de origen de las campañas negras contra el “Calabazo”. Nos extraña eso porque Tania Contreras López, como jurista, siempre fue batalladora y tesonera; ningún abogado la califica de brillante o adelantada. Conoce, sí, el oficio, pero resuelve en tres días lo que a otro le tomaría una hora. Y esto último tal vez sea cierto al ver el tortuguismo de las carpetas judiciales contra Cabeza de Vaca. Ni siquiera ha movido las denuncias federales que dejó presentadas Santiago Nieto.
Tania Contreras no es especialista en derecho penal, mercantil ni constitucional, sino en derecho electoral. Este es su fuerte y su verdadero perfil. Se convirtió en consejera de Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), donde accidentalmente, 21 de diciembre de 2017, subió a la presidencia después de la renuncia de José Eduardo Hernández Anguiano.
Hernández Anguiano prefirió dimitir debido a la reducción del presupuesto que impusieron al instituto los diputados de Cabeza de Vaca.
Según Tania, ella defendería al IETAM, a su autonomía y a su estructura operativa, pero no pudo. En 2018, de los 537 millones 527 mil 976 pesos que solicitó al Congreso del Estado, solo le autorizaron 218 millones 735 mil 397 pesos.
Es decir, ella da resultados, pero siempre inferiores a las expectativas sobre su trabajo.
Por su trayectoria, buena pero sin grandes logros, Tania Contreras no parece una candidata para encabezar proyectos importantes; con la ayuda que ahora recibe basta. No obtendría ninguna ganancia con el cambio o renovación de la Secretaría General que hoy ejerce Héctor Villegas González ¿O sí?. Ojalá que solo sea un malentendido o que desista de sus intentos si ella los provoca. Nada saludable brota de las rivalidades entre miembros de un mismo equipo, ojalá también lo entienda el Secretario de Administración Jesús Lavin quien cobra en UAT y gobierno al mismo tiempo.
Si los integrantes de un gobierno sostienen una lucha interna por el poder, puede haber varias consecuencias negativas para el gobierno y el estado en general.
La lucha interna por el poder puede generar una inestabilidad política que afecte la gobernabilidad del estado. Si los líderes del gobierno están más preocupados por mantener o aumentar su poder que por gobernar eficazmente, esto puede conducir a una falta de dirección y una toma de decisiones ineficaz.
Y lo más grave para el doctor Américo Villarreal: la lucha interna puede generar una pérdida de confianza en el gobierno por parte del pueblo. Si los ciudadanos perciben que los líderes del gobierno están más preocupados por sus propios intereses que por el bienestar del país, pueden perder la confianza en la autoridad y en su capacidad para gobernar.
En este fuego amigo, el perdedor final no es uno de los rivales, sino el gobernante.