Columnas

Los discursos de la campaña extraordinaria

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Al parecer, los candidatos al Senado –Imelda Sanmiguel (PAN), José Ramón Gómez Leal (MORENA) y Manuel Muñoz Cano (PV)– no han entendido para qué sirve el cargo que disputan. Sus narrativas, son tan superficiales que los pintan como políticos de muy bajo perfil y de muy escasa comprensión de la vida sociopolítica de Tamaulipas.
Sanmiguel, trae un discurso sacado de los años 70. No se aleja del cansado y manido rollo sobre la inseguridad y demás asuntos que agobian a las familias tamaulipecas. Intenta ubicarse como el factor que resolverá con su sola presencia en la Cámara alta la agobiante problemática ciudadana en la región.
Muñoz Cano, quiso posicionarse como víctima del ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca. En esa estrategia, denunció de soslayo, a JR como parte de esa urdimbre de poder que encabeza el ex gobernador panista. Se ha tomado fotos en tractores y sus planteamientos se circunscriben a lo mismo de siempre: solucionar desde el Senado, todo mal social en la comarca.
Y obvio: él como operador, de esas necesarias políticas salvadoras.
El electorado, le va a cobrar en las urnas, la actitud rupturista de los verdes con AMLO.
JR, que presumiblemente se le facilitaría su retórica por representar a la IV T en la región, anda por las nubes. Pareciera que su propuesta es la más articulada; y no: es la más confusa y errática. En la primera reunión con la prensa, estableció cinco ejes de su campaña: migración, comercio exterior, seguridad, energía y bienestar social.
¿Migración?
Se infiere que está imaginando las contradicciones que genera la llegada de miles de ciudadanos de Centroamérica y el Caribe que atiborran los espacios públicos de su natal Reynosa. Es buena la intención; sólo que es un asunto menor en comparación con otras necesidades insatisfechas para los ciudadanos fronterizos.
Una de las preocupaciones más sentidas de los agricultores del norte, el agua para riego, ni siguiera asoma en su programa. Le ganó su visión walmartiana de la vida.
¿Comercio exterior?
Se ve muy complicado incorporar propuestas viables a las que contempla el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN). Es muy probable, que el candidato morenista, esté pensando en ampliar su negocio familiar con el exterior; y que se sepa, el guachicol no está en los acuerdos con los países de América del norte.
¿Seguridad?
Ese tema es tan abordado por los candidatos, como olvidado, por éstos, cuando se convierten en diputados y senadores. Claro que no por recurrente, el asunto debe ser marginado; lo que se percibe hoy, es el manejo demagógico del dolor y el terror de los ciudadanos tamaulipecos como reprobable recurso para cachar votos.
¿Energía?
Es evidente: muestra su interés por las energías limpias; ni modo que esté pensando en la construcción de otra termoeléctrica o legislar para la prohibición de combustibles fósiles. Se percibe, que el aspirante guindo, impulsaría una de las tendencias energéticas en boga: los ventiladores eólicos.
¡Excelente!
Tamaulipas, iría en el camino correcto hacia la modernidad.
Y como no todo puede ser buenas noticias, este eje de campaña tiene sus asegunes: los principales dueños de los parques eólicos, son presuntamente los hermanos García Cabeza de Vaca. Otra vez: el beneficio familiar, en el centro del pensamiento del JR.
¿Bienestar social?
Si está pensando el candidato, legislar para operar la política social como manejó la súper delegación que tuvo a su cargo, ya valió queso. Su paso por esa dependencia, generó corrupción, tráfico de influencias y nuevos ricos que hicieron de los programas sociales federales, su principal fuente de financiamiento.
Este 2023, políticamente hablando, no será todo plenitud para la ciudadanía tamaulipeca.
Pura morralla, verá en la boleta el 19 de febrero.