Crisis económica agobia a pequeños comerciantes en Altamira
Por Diana Alvarado
La situación para los pequeños comerciantes se encuentra en crisis, productos de la canasta básica aumentan cada vez más y las ventas son mínimas; contemplar la idea de cerrar sus negocios sería un duro golpe a las familias que dependen del empleo.
Así lo declaró la señora Catalina Méndez, quien vende desayunos y comidas en un pequeño local frente a la Presidencia Municipal de Altamira sobre la calle Miguel Hidalgo de la zona centro de la ciudad y ante la demanda que tenía antes de la pandemia empleo a dos personas.
Sin embargo, estos últimos meses las ventas están demasiado bajas, tal es el caso que en lugar de quedarse en su negocio a esperar a que lleguen los comensales, sale a ofrecer sus platillos a demás comerciantes de la zona centro.
La situación dijo “está mal ya no sé qué voy hacer, esta caro todo, el gas, la masa, tortillas, la gasolina, quisiera saber qué alguien nos dijera qué hacer, yo salgo a buscar me dan ganas de irme de cerillito porque si me quedo esperando no vendo nada”.
Doña Catita como la conocen, se encontraba a las afueras de un local de reparación de relojes y otro de ropa usada y estaba ofreciendo hamburguesas, tacos de harina y de maíz de varios guisos en ambos lugares le negaron la compra.
Dijo que tiene dos mujeres que le ayudan a la preparación de las comidas, pero ya no puede sostenerlas; no obstante, no quiere darles de baja porque son dos familias que dependen de ese trabajo.
“Son dos familias, dos personas que empleo, yo ofrezco de todo, salgo a buscarle, pero ya no se puede, la situación es en general ahorita no me compraron porque tampoco han vendido”.
Enfatizó Catalina, una persona de la tercera edad que vive en colonia Américo Villarreal al sur de la ciudad que se necesita mas inversiones en el municipio para que el movimiento económico se reactive.
“Aquí se necesita que se vengan empresarios si se viene hacer negocio el país se levanta, el municipio, se necesita que todo mundo se ponga trabajar”, refirió que la pandemia ya no es un pretexto para que la gente no se ponga a trabajar.
Las autoridades también -añadió- deben de dejar de atemorizar a los ciudadanos con el coronavirus “yo tengo 68 años de vida, Dios dirá cómo y cuándo me lleva, pero para que nos encerramos, quién va a pagar la comida, los servicios, si no pagamos, quién nos va a pagar, qué vamos hacer esto es a grito abierto”.