Muere Manuel Felguérez, pionero de la cultura y el arte abstracto
Manuel Felguérez, el pintor, escultor, maestro e investigador del arte, quien falleció por Covid-19 la noche del domingo, planeaba ampliar su estudio para crear en él obras todavía más monumentales de las que había hecho a lo largo de su trayectoria de más de 74 años.
A los 91 años, Felguérez tenía varios sueños y proyectos; hace seis meses, como parte de los festejos por nueve décadas de vida, había inaugurado la exposición Trayectorias, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, que se podrá visitar una vez que se abran los museos, hasta el 18 de octubre; entonces recalcó su convencimiento de que un verdadero artista es un inventor: “El arte es creación, es invención. Lo peor que te puede pasar es que te quedes en el puro oficio”.
En los últimos dos meses, durante el encierro por la cuarentena, no dejó de trabajar; algunas de esas nuevas obras las mostró al público en un video grabado el 17 de mayo, en el que dijo sobre la pandemia que “sufría el mundo” que esperaba que pronto pudiéramos vencer “este diabólico virus”.
Felguérez murió en su casa en la Ciudad de México. Así lo confirmó Alfonso Vázquez, director del Instituto Zacatecano de Cultura; añadió que el artista y su esposa, Mercedes Oteyza, dieron positivos a la prueba del Covid-19 y que ambos se enfermaron de las vías respiratorias. El pasado viernes, el artista de 91 años comenzó a debilitarse hasta que el domingo por la noche perdió la vida.
La Secretaría de Cultura federal, tras lamentar su deceso, informó que en atención a las medidas sanitarias se realizará un homenaje digital y que, de acuerdo con la familia, una vez restauradas las actividades habrá un homenaje presencial.
Manuel Felguérez fue uno de los grandes representantes del arte abstracto en México y uno de los protagonistas del movimiento de la Ruptura, que buscó distanciarse de la Escuela Mexicana de Pintura y hallar sus propios caminos. Fue autor de esculturas, pinturas, obra mural y pionero en el arte digital.
Nació el 12 de diciembre de 1928, en Valparaíso, Zacatecas, donde lo consideraban un “güerito de rancho”, que dedicó su vida al arte. Estudió en la Academia de San Carlos y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”; posteriormente en la Academia de la Grande Chaumier (París) y en la Academia Colarossi (París).
De manera temprana, en su formación, manifestó sus reservas ante el arte de la Escuela Mexicana de Pintura, representada por los muralistas Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
A la par de otros artistas, como José Luis Cuevas, Lilia Carrillo, Vicente Rojo, Alberto Gironella y Fernando García Ponce, buscó experimentar nuevas formas de expresión.
“Me llamaron parte de la generación de la Ruptura, la verdad es que yo no sé qué era lo que estábamos rompiendo. Me parece que tienen que existir rupturas para que el arte avance y cambie. Cuando llegaron los españoles, ¡vaya que rompieron con el arte prehispánico! Así llegamos al barroco. Al cambiar México, cambió todo el arte”, dijo en una entrevista de 2018.
El interés que Felguérez tuvo para experimentar no fue solamente una etapa; en los años 60 concibió murales con los más diversos materiales, desde concha hasta restos urbanos. Otra característica de varias de sus obras fue la relación entre el mural y la arquitectura.
Una de las mayores innovaciones de Felguérez fue en el uso de la computadora: “Manuel fue pionero en esto, desde 1975 abrió esta posibilidad con las máquinas y las usó de manera muy expresiva y lo llevó a diferentes formatos, no sólo a lo digital, lo llevó también a la escultura, a la pintura, a los relieves”, detalló ayer la curadora de la exposición Trayectorias, Pilar García.
A lo largo de su carrera de casi 75 años, Felguérez creó otras obras monumentales, como la Puerta 1808, que hizo para conmemorar el bicentenario de la Independencia; El barco México 68 y el mural Agenda 2030, que mide 9×3 metros, y que pintó en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Entre sus proyectos estaba ampliar su estudio para crear obras monumentales, contó Cuauhtémoc Medina. “Manuel estaba pintando enormes cuadros de 6 y 7 metros en su última etapa; su estudio le había quedado pequeño, lo estaba reformando para romper un entresuelo y adquirir alturas de 10 y 12 metros. Es la manera en que se fue Manuel Felguérez, pensando en cuadros aún más enormes”.
Otras obras fueron La Puerta del Tiempo, escultura ubicada en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana; así como el Muro de Calaveras y el Homenaje a Uxmal, ambas piezas ubicadas en el Museo Nacional de Antropología; otro fue el Mural de Hierro, creado para el Cine Diana.
Pero la que puede considerarse su obra monumental es el museo que lleva su nombre en Zacatecas.
El Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, primero de su tipo en México y América Latina, se fundó en 1998, como iniciativa del propio artista, con apoyo del gobierno del estado y del INBA; el recinto reúne obras de Felguérez y de más de 170 artistas.
La trayectoria del zacatecano no estuvo ceñida a su taller, pues también se desempeñó como investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, de 1977 a 1990, e investigador huésped en la Universidad de Harvard, en 1976; además fue profesor invitado en la Universidad de Cornell, también en Estados Unidos.
El artista siempre se mantuvo muy cercano a la UNAM y le donó en los últimos años más de 40 obras, así como su archivo, que se conserva en el MUAC.