Empresarios de Cancún vuelven sargazo el oro del mar
Mientras el gobierno federal se pone de acuerdo, asigna recursos y elabora una estrategia para hacer frente al sargazo, científicos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, hoteleros y autoridades del Parque Nacional Arrecifes de Puerto Morelos, en Quintana Roo, echaron a andar un protocolo que incluye la colocación de barreras y la recolección del sargazo en el mar, su compactación, disposición final y reuso.
El objetivo es darle un valor a lo que hoy se ve como un descomunal problema y crear un modelo de negocio para el desarrollo de una Bioindustria que cuente con una sede a manera de parque logístico.
En ese sitio operarán los negocios de industrialización de sargazo, como tabiques para edificar casas, calentadores de agua, platos, vasos, pastelillos y los durmientes para el Tren Maya, esto último, en alianza con empresarios de Guadalajara.
En conferencia de prensa, Carlos Gosselin, quien preside el llamado “Protocolo de Puerto Morelos”, indicó que la estrategia para el manejo de lo que llama “el oro del mar”, involucra a un promedio de 15 hoteles en 28 kilómetros de costa, que han invertido en equiparse ante la contingencia ecológica.
Calentador de agua elaborado con sargazo; bocadillos, tabiques, platos y vasos.
El empresario dijo que en 2018 arribaron 24 millones de metros cúbicos de sargazo a las costas del Caribe Mexicano, lo que equivale a llenar 300 albercas olímpicas. De ese volumen, 750 mil metros cúbicos, que equivalen a tres millones de canchas de futbol con un metro de altura, recalaron en Puerto Morelos.
En este año, se espera que los volúmenes sean similares o mayores, dijo, acompañado por los investigadores, Brigitte Van Tussembroeke y Eric Jordan, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología Unidad de la UNAM; por el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Roberto Cintrón; por la directora del Parque Nacional Arrecifes, Maricarmen García y por emprendedores que reutilizan el sargazo.
Barreras y embarcaciones
Ante el panorama, la comunidad portomorelense se organizaron para encontrar soluciones a nivel local, a través de una propuesta integral que conjuga el uso de barreras artesanales e industriales para detener el sargazo antes de que llegue a las playas, así como de embarcaciones de manufactura mexicana para recoger las macroalgas en el mar y transportarlas a tierra.
Estas embarcaciones son dos tipos, una de ellas, colecta un 1.5 metros cúbicos de algas por minuto, 15 toneladas por hora a una velocidad de un kilómetro por hora.
El sargazo se coloca en bolsas, con un peso de 200 kilogramos y son transferidas en otra embarcación hacia la playa y se colocan en volquetes.
El otro barco es un tipo catamarán, para recoger el sargazo en el mar; cuenta con un sistema de separación de fauna marina por aspersión y una máquina compactadora que reduce el volumen en un 90 por ciento, formando pacas de 40 centímentros de ancho y 120 centímetros de largo. Puede recolectar de tres mil a cinco mil metros cúbicos de macro algas por hora.
En tierra, la zona costera del municipio de Puerto Morelos se dividió en seis zonas. La limpieza manual está siendo sufragada por los propios hoteleros, mientras que en las áreas públicas, donde hay escuelas o predips no desarrollados, la tarea es hecha por el ayuntamiento, que se sumó al Protocolo, indicó Gosselin. La limpieza mecánica requiere de máquinas barredoras jaladas por tractores o bandas transportadoras.
Para la disposición final del sargazo, el Protocolo indica que el único sitio autorizado es la parcela 165, que carece de geomembrana para evitar que los liquídos emanados del sargazo, se filtren al subsuelo; sin embargo, Gosselin declaró que las macroalgas son llevadas también a predios de particulares, autorizados para recibir el residuo.
La transportación a ese punto sólo se permite a camiones y sindicatos municipales, de hoteles o vehículos de habitantes locales y deben contar con un tarjetón del ayuntamiento, además de autorización de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente del estado (SEMA)
Financiamiento privado no sustituye al recurso público
Gosselin destacó que existen soluciones para el manejo del fenómeno, indicó que el Protocolo “no tiene dinero, pero sí barcos y barreras”, financiados por los hoteleros y que es un instrumento que se pondrá a disposición del estado -que cuenta con su propio Protocolo- y de los ayuntamientos, como una base a replicar.
Al respecto, Roberto Cintrón, subrayó que el trabajo hecho por la comunidad portomorelense y la hotelería local, no exime al gobierno federal de invertir recursos públicos para financiar la o las estrategias de manejo del sargazo.
“El tema del sargazo es internacional y pone en riesgo la economía del país (…) es un tema federal. Los hoteleros contenemos una infinita parte de la magnitud del problema”, afirmó, al enfatizar que los hoteleros “piden a gritos una solución final” y aportan propuestas de solución, incluso para encontrar la fuente de los recursos en aquellos que se recaudan por el pago de zona federal y el Derecho de Saneamiento.
El líder hotelero respaldó la decisión presidencial de incorporar a la Secretaría de Marina (Semar) en la atención al tema, consideró que cuentan con capacidad y disciplina para recoger el sargazo en altamar y en las playas
Cintron manifestó que registran una disminución en la velocidad de anticipación de reservaciones para la temporada vacacional de verano y se han tenido que bajar tarifas entre un 10 y un 25 por ciento, por la conjunción de tres temas: Inseguridad, sargazo y renta vacacional a través de plataformas digitales, como Airbnb.
“Hay contracción en las reservaciones y disminución de tarifas… No necesariamente por sargazo, tenemos también la inseguridad y las rentas vacacionales”, señaló.