Alistan confederación de trabajadores
Distintos sindicatos se alistan para la creación de una nueva confederación obrera que se convierta en una interlocutora de los intereses de la clase trabajadora ante el Gobierno Federal y que por su fuerza se podría convertir en algo similar a lo que fue la Confederación de Trabajadores de México (CTM), cuando era encabezada por Fidel Velázquez.
Dicha confederación sería dirigida por el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, cuyo líder es el senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia.
Así lo confirmaron a LA SILLA ROTA dos especialistas en el tema sindical, Rosalío Hernández, del Centro de Asesoría Jurídica y Sindical Valentín Campa, y Manuel Fuentes Muñiz, integrante de Abogados Democráticos y experto en temas laborales.
Campa explicó que ya se trabaja en los estatutos de la organización, la cual se llamaría Confederación Internacional de Trabajadores, además ya se prepara una reunión para el próximo 13 de febrero en un auditorio del sindicato minero.
“Creemos que esta confederación debe estar encabezada por una organización como el sindicato minero que, a nuestro juicio, en los últimos años ha dado una lucha intensa por su autonomía sindical, porque han tratado de quitar a su líder sindical (Gómez Urrutia), a quien los trabajadores han votado de manera libre y democrática y debió irse a Canadá para evitar que lo encarcelaran por parte de uno de los grupos empresariales más poderosos que existen del país, que es el grupo de los dueños de las minas.
“Como creemos que existen condiciones políticas adecuadas para hacer respetar los derechos de los trabajadores y para el ejercicio sindical y contratación colectiva, no solamente creemos sino que estamos trabajando en construir estos instrumentos. Como primer paso la confederación y luego una convocatoria más amplia para las distintas confederaciones y que tengamos eco en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), en la central sindical democrática y en otras organizaciones”.
– ¿Se podría pensar en algo similar a la CTM?
-Esa es la idea, es el reto, el desafío. Claro, guardando las proporciones, era otro país, había una guerra mundial. Hoy digamos la columna vertebral que dio tipo a aquella gran gesta de unidad del movimiento obrero, es la misma acá, y estamos en esa dirección y no sabemos hasta dónde llegue, pero vamos a trabajar en esa dirección, hay ánimo, disposición, voluntad y necesidad de hacerlo y además hay circunstancias sociopolíticas a las de hace un año, dijo Hernández, quien es autor de una biografía de quien fuera fundador de la CTM, Fidel Velázquez.
Hernández añadió que también se buscará aprovechar los contactos que Gómez Urrutia hizo en su autoexilio en Canadá, para darle un carácter internacional a la nueva confederación, y aseguró que por lo menos ya se tiene garantizadas adhesiones en 15 estados, y cuentan con algunas adhesiones de representaciones estatales de la CTM.
Para Fuentes Muñiz, la creación de una nueva confederación alrededor del líder del sindicato minero es un síntoma de que los trabajadores buscan tener interlocución, porque el nuevo gobierno la ha tenido con los sectores financieros y empresariales, pero no con las organizaciones de trabajadores.
“Obviamente hay preocupación de crear interlocución”, dijo el también asesor legal de sindicatos y también de asociaciones civiles y organizaciones de derechos humanos.
PREOCUPACIONES LABORALES
Aunque con matices, ambos coincidieron en que con la llegada de un nuevo gobierno el movimiento sindical tendrá otra relevancia, ya que habrá un cambio en la relación con el Poder Ejecutivo y también con los empresarios. Además, se buscará ir en contra del outsourcing a través de los sindicatos, exigir el derecho a participar en las utilidades de las empresas, algo que se ha difuminado con los años, y a mejorar los salarios, dijo Hernández.
También se buscará que en las reformas laborales que se avecinan en las negociaciones contractuales intervengan los trabajadores para representaciones y peticiones sindicales, y no solo sea tomado en cuenta el secretario general.
“En materia laboral en la mayoría de sindicatos al 95 por ciento de los trabajadores no se les consulta y el secretario general toma decisiones y en el 90 por ciento los sindicatos están controlados por los patrones”, dijo por su parte Fuentes Muñiz.
Reconoció que eso preocupa al sector patronal, que se rompan formas de control que pueda haber ya establecidas, pero también hay empresarios que han mostrado una política de apertura, previniendo conflictos con políticas distintas y que finalmente en las grandes empresas tienen dialogo directo con trabajadores para evitarlos.
En el terreno de la junta federal de Conciliación y Arbitraje han cambiado escenarios pero no en el ámbito local, donde los gobernadores aún tienen el control de las juntas locales, como lo denotó lo recientemente ocurrido con las huelgas de maquiladoras en Tamaulipas.
“En el caso de Matamoros, el que se hayan declarado inexistentes 12 huelgas da indicativo que los gobernadores siguen teniendo el control para evitar protestas y ponerlas en la ilegalidad, aun así los trabajadores ya no temen, pero ocurren despidos, por eso se ven dos ámbitos, el local donde no hay cambio o reconversión y donde hay mayoría de trabajadores y el federal es más abierta con libertad sindical y se pueden ejercer derechos dentro de lo que establece la ley”, señaló.
Pronosticó que se avecina una reconversión y Matamoros es una muestra, y se originó bajo el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo y salarios y que cuenta con el apoyo de elementos externos como son los legisladores Demócratas de Estados Unidos para que se permita que los trabajadores puedan participar.
“Curiosamente hay más presiones del exterior, del partido Demócrata para cumplir compromisos de gobierno mexicano para hacer participar a los trabajadores en contratos colectivos y evitar contratos de protección”.
Quien fuera director de Trabajo y Prevención Social del gobierno capitalino en 1999, previó que lo que se avecina es un cambio en el modelo de control, con la participación de sindicatos tradicionales que buscarán darle mayor participación a los trabajadores pero sin que los líderes pierdan el control, aunque para ellos un tema preocupante será el voto secreto para las revisiones de contrato.
Por parte de los empresarios le preocupará que se revisen los modelos outsourcing para inhibir la participación sindical.
Campa explicó que ya se trabaja en los estatutos de la organización, la cual se llamaría Confederación Internacional de Trabajadores, además ya se prepara una reunión para el próximo 13 de febrero en un auditorio del sindicato minero.
“Creemos que esta confederación debe estar encabezada por una organización como el sindicato minero que, a nuestro juicio, en los últimos años ha dado una lucha intensa por su autonomía sindical, porque han tratado de quitar a su líder sindical (Gómez Urrutia), a quien los trabajadores han votado de manera libre y democrática y debió irse a Canadá para evitar que lo encarcelaran por parte de uno de los grupos empresariales más poderosos que existen del país, que es el grupo de los dueños de las minas.
“Como creemos que existen condiciones políticas adecuadas para hacer respetar los derechos de los trabajadores y para el ejercicio sindical y contratación colectiva, no solamente creemos sino que estamos trabajando en construir estos instrumentos. Como primer paso la confederación y luego una convocatoria más amplia para las distintas confederaciones y que tengamos eco en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), en la central sindical democrática y en otras organizaciones”.
– ¿Se podría pensar en algo similar a la CTM?
-Esa es la idea, es el reto, el desafío. Claro, guardando las proporciones, era otro país, había una guerra mundial. Hoy digamos la columna vertebral que dio tipo a aquella gran gesta de unidad del movimiento obrero, es la misma acá, y estamos en esa dirección y no sabemos hasta dónde llegue, pero vamos a trabajar en esa dirección, hay ánimo, disposición, voluntad y necesidad de hacerlo y además hay circunstancias sociopolíticas a las de hace un año, dijo Hernández, quien es autor de una biografía de quien fuera fundador de la CTM, Fidel Velázquez.
Hernández añadió que también se buscará aprovechar los contactos que Gómez Urrutia hizo en su autoexilio en Canadá, para darle un carácter internacional a la nueva confederación, y aseguró que por lo menos ya se tiene garantizadas adhesiones en 15 estados, y cuentan con algunas adhesiones de representaciones estatales de la CTM.
Para Fuentes Muñiz, la creación de una nueva confederación alrededor del líder del sindicato minero es un síntoma de que los trabajadores buscan tener interlocución, porque el nuevo gobierno la ha tenido con los sectores financieros y empresariales, pero no con las organizaciones de trabajadores.
“Obviamente hay preocupación de crear interlocución”, dijo el también asesor legal de sindicatos y también de asociaciones civiles y organizaciones de derechos humanos.
PREOCUPACIONES LABORALES
Aunque con matices, ambos coincidieron en que con la llegada de un nuevo gobierno el movimiento sindical tendrá otra relevancia, ya que habrá un cambio en la relación con el Poder Ejecutivo y también con los empresarios. Además, se buscará ir en contra del outsourcing a través de los sindicatos, exigir el derecho a participar en las utilidades de las empresas, algo que se ha difuminado con los años, y a mejorar los salarios, dijo Hernández.
También se buscará que en las reformas laborales que se avecinan en las negociaciones contractuales intervengan los trabajadores para representaciones y peticiones sindicales, y no solo sea tomado en cuenta el secretario general.
“En materia laboral en la mayoría de sindicatos al 95 por ciento de los trabajadores no se les consulta y el secretario general toma decisiones y en el 90 por ciento los sindicatos están controlados por los patrones”, dijo por su parte Fuentes Muñiz.
Reconoció que eso preocupa al sector patronal, que se rompan formas de control que pueda haber ya establecidas, pero también hay empresarios que han mostrado una política de apertura, previniendo conflictos con políticas distintas y que finalmente en las grandes empresas tienen dialogo directo con trabajadores para evitarlos.
En el terreno de la junta federal de Conciliación y Arbitraje han cambiado escenarios pero no en el ámbito local, donde los gobernadores aún tienen el control de las juntas locales, como lo denotó lo recientemente ocurrido con las huelgas de maquiladoras en Tamaulipas.
“En el caso de Matamoros, el que se hayan declarado inexistentes 12 huelgas da indicativo que los gobernadores siguen teniendo el control para evitar protestas y ponerlas en la ilegalidad, aun así los trabajadores ya no temen, pero ocurren despidos, por eso se ven dos ámbitos, el local donde no hay cambio o reconversión y donde hay mayoría de trabajadores y el federal es más abierta con libertad sindical y se pueden ejercer derechos dentro de lo que establece la ley”, señaló.
Pronosticó que se avecina una reconversión y Matamoros es una muestra, y se originó bajo el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo y salarios y que cuenta con el apoyo de elementos externos como son los legisladores Demócratas de Estados Unidos para que se permita que los trabajadores puedan participar.
“Curiosamente hay más presiones del exterior, del partido Demócrata para cumplir compromisos de gobierno mexicano para hacer participar a los trabajadores en contratos colectivos y evitar contratos de protección”.
Quien fuera director de Trabajo y Prevención Social del gobierno capitalino en 1999, previó que lo que se avecina es un cambio en el modelo de control, con la participación de sindicatos tradicionales que buscarán darle mayor participación a los trabajadores pero sin que los líderes pierdan el control, aunque para ellos un tema preocupante será el voto secreto para las revisiones de contrato.
Por parte de los empresarios le preocupará que se revisen los modelos outsourcing para inhibir la participación sindical.
“Los grupos empresariales buscan mantener el control con outsourcing y mantener cooptados a los dirigentes sindicales y otras corrientes con esta atadura que se rompe, y los trabajadores haciendo presión directa y actualmente los paros de labores pueden significar cárcel pero hay menos temor de que eso ocurra y son las claves del nuevo movimiento”, concluyó.