Entre menos burros…
Río Bravo, Tamaulipas, ha dado numerosos hijos al mundo. Unos muy buenos, otros medio buenos, algunos más medianamente malos y los menos, mucho, pero mucho muy reprochables.
Como dice el texto sagrado: de todo da la viña del Señor…
De los inmejorables, recuerdo a Ze Luis –José Luis Gómez- autor de novelas tan reputadas como El beso de la Virreina que logró ganar varias preseas por su prosa y por su temática en eventos literarios de corte internacional. No se diga, de lo que ha hecho por el mundo el dramaturgo y director teatral Medardo Treviño que ha puesto en la geografía escénica universal a “nuestro pueblo querido” –como dice el Porfis-.
Recuerdo también, a una de mis alumnas en la Preparatoria Popular, Virgilia Macías Martínez que logró obtener su título de médico en una prestigiada universidad norteamericana para años más tarde, escribir un libro sobre asuntos médicos que se constituyó en libro de texto en decenas de escuelas de Medicina en los terrenos del Tío Sam.
Igualmente, es de traer a la memoria el paso de Raúl González el Matemático. Este riobravense por adopción, es el atleta olímpico mexicano con más medallas en la historia del deporte mexicano. Por razones políticas –se dice nuevoleonés, porque su paisano Carlos Salinas de Gortari le entregó jugosas sinecuras- ha renegado de su pueblo. Aún así, se le rememora con afecto.
Como para dar fe de que en la vida también existen manzanas podridas, los riobravenses tenemos que cargar –por lo reciente- dos pesados sambenitos: María del Carmen Pérez Rosas y Diego Guajardo Anzaldúa. La primera, vista en flagrancia golpear y ordenar golpear al cantante Rodrigo Nájera; el segundo, sospechoso de haber enviado a golpeadores para acallar las críticas del periodista Juan Carlos Bernal.
Los dos sujetos bajo la lupa de la Ley, salieron de las filas del empresariado. Doña Carmen, es propietaria de una reciba –lugar en el cual se compra y se vende sorgo y maíz- en Río Bravo; Diego, es el dueño del mejor negocio que pueda un hombre poner en la frontera: la herencia política que le dejó su hermano Juan Antonio.
Doña Carmen es recordada por los ejidatarios y pequeños propietarios como una dama un tanto incorrecta en su trato y un tanto laxa en el manejo de la báscula en su negocio. Guajardo Anzaldúa, es visto como un alcalde que gobierna desde Mc Allen, Texas en donde reside con su esposa e hijas.
Al parecer la señora Pérez Rosas, también vive en Mc Allen. Según dicen sus detractores.
¿Y si le pedimos al honorable señor Donald Trump, que antes de levantar el muro se cerciore de que tanto la dama Pérez como el señor Guajardo estén durmiendo en USA?..
Total: acá en México entre menos burros, más olotes…