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Tiene turismo en México el mejor momento de su historia

México ha logrado engancharse a tiempo al boom del turismo global. En un momento de fuerte zozobra por el impacto potencial de la era Trump, la industria turística —que ya supone el 8,5% del PIB— atraviesa el mejor momento de su historia y se ha erigido, tras las manufacturas y las remesas, en el principal motor de una economía que empieza a dar signos de estancamiento.

Las llegadas de visitantes extranjeros crecieron casi un 9% en 2016, hasta los 35 millones de personas; la entrada de divisas por este concepto repuntó un 10%; y el saldo de la balanza turística (ingresos menos egresos de dólares) mejoró en un 22% gracias al incremento mayor de los arribos de extranjeros que las salidas de mexicanos al exterior. En las tres estadísticas, México logró superar holgadamente la media mundial: buenas noticias para un sector que cada vez tiene mayor importancia sobre el empleo.

Raro es el fin de semana o puente, sobre todo en temporada alta, que un viajero puede reservar una habitación de hotel a última hora en las zonas más turísticas de México: la Riviera Maya, Cancún o la Ciudad de México. Tras un inicio de década turbulento —al brote de gripe A (influenza) se sumó la Gran Recesión, que golpeó con crudeza el mayor mercado emisor de turistas, EE UU—, los hoteleros y hosteleros han logrado remontar el vuelo en el último lustro. ¿Qué hay detrás de estos buenos datos? Los especialistas destacan tres factores: la debilidad del peso frente a las grandes divisas internacionales, que abarata las estancias para los extranjeros; la fortaleza de la economía estadounidense, país del que proceden las dos terceras partes de los visitantes, y el incremento de las conexiones aéreas con los principales mercados emisores (EE UU, Canadá, Europa y el resto de América Latina). A eso hay que sumar la inestabilidad recurrente en países como Turquía o Egipto, competidores de México a ojos del público europeo.

“El sector turístico mexicano vive un muy buen momento, hasta el punto de que el año pasado se superaron nuestras expectativas”, afirma Francisco Madrid Flores, director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac, y uno de los mayores expertos del ramo. Gloria Guevara, exsecretaria (ministra) de Turismo, también se muestra optimista por la “excelencia” del producto y por el cambio de planes de muchos mexicanos que, en vez de viajar a EE UU en los próximos años, optarán por quedarse en casa. “Están empezando a no ir para evitar exponerse a un maltrato o una mala experiencia y por apoyar a su país en la nueva coyuntura. Y eso será un impulso para el turismo interior”, subraya la hoy candidata a la secretaría general de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Un dato refrenda las palabras de ambos: la última vez que los ingresos turísticos superaron a los derivados de la venta de petróleo —el maná económico mexicano por excelencia— fue en 1998 y entonces el barril de crudo cotizaba a 10 dólares en los mercados internacionales, lejos de los 55 actuales. Hasta el año pasado.