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¿Eres de los que se va al trabajo sin desayunar?, conoce los riesgos

Comenzar la jornada sin nada en el estómago se relaciona con una menor capacidad de concentración y rendimiento intelectual, peor humor y sensación de cansancio, pero quizás ignore que menospreciar la primera comida del día favorece el estreñimiento y aumenta el riesgo de obesidad, diabetes e infartos.

La Asociación Americana del Corazón señala que ingerir más calorías en las primeras horas del día y menos alimentos por la noche reduce igualmente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un ictus u otras enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos.

Se estima que un 30 por ciento de la población adulta en Estados Unidos suele saltarse el desayuno de forma habitual, algo que además se ha vuelto más común en los últimos años ya que hay más personas que comen entre horas en lugar de hacer las tres comidas tradicionales.

Los cardiólogos aseguran que las personas que desayunan todos los días tienen menos riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares como el colesterol o la presión arterial elevada. Y en cambio, quienes suelen saltarse esta primera comida del día tienen más riesgo de obesidad, una mala nutrición o diabetes.

Desayunar sí, pero come bien el resto del día

Es posible que algunas personas que ya desayunan luego no estén comiendo lo adecuado e incluso dejen de comer a lo largo del día, lo que se asociaría a un menor consumo de calorías pero no a una buena nutrición.

Una dieta saludable debe basarse en un alto contenido en frutas y verduras, cereales, lácteos bajos en grasa, aves y pescado, de acuerdo con las directrices, al tiempo que también conlleva limitar la carne roja, la sal y alimentos con azúcares añadidos.

Además, el documento de los cardiólogos también hace hincapié en la necesidad de planificar las comidas con antelación para poder comer de forma saludable, ya que a veces la improvisación lleva a comer alimentos más calóricos o procesados.

De igualmente, niegan que sea mejor comer varias veces al día pero en menor cantidad porque, al final, esas pequeñas comidas acaban siendo más contundentes.